sábado, 13 de noviembre de 2010

Mónico Osés y sus primorosas obras de madera.


Coche antiguo. Pino y boj. Autor, Mónico Osés. (Foto de Jesús Diaz).


Coche antiguo. Haya y boj. Autor, Mónico Osés. (Foto de Jesús Díaz).


Moto. Boj. Autor, Mónico Osés. (Foto de Jesús Díaz).


Aventadora. Madera reutilizada. Autor, Mónico Osés. (Foto de Jesús Díaz).
Arado "Brabant". Boj y haya. Autor, Mónico Osés. (Foto de Jesús Díaz).


Palillero con hacha. Autor, Mónico Osés. (Foto de Jesús Díaz).


Sagrario para la iglesia de Baquedano. Varias maderas. Autor, Mónico Osés. (Foto de Jesús Díaz).


Busto de Virgen. Boj y roble. Autor, Mónico Osés. (Foto de Jesús Díaz).


Rana. Boj. Autor Mónico Osés. (Foto de Jesús Díaz).


Mónico Osés en su taller de trabajo. (Foto de Jesús Díaz).

MONICO OSÉS, ARTISTA DE LA MADERA. UN ANÁLISIS DE SU OBRA.

1) INTRODUCCIÓN. ALGUNOS DATOS BIOGRÁFICOS.
2) BREVE SEMBLANZA ARTÍSTICA.
3) TÉCNICAS ARTÍSTICAS, INSTRUMENTOS DE TRABAJO, SOPORTES, TEMAS, MOTIVOS Y DISEÑOS ARTÍSTICOS.
4) EXPOSICIONES DE SU OBRA.
5) CATÁLOGO DE SU OBRA.
a) Maquinaria y Utensilios tradicionales agrícolas: aventadora, trilladora, arado romano, arado "brabant", grada, narria, carros con bueyes y caballos, galera ribera, yugo, azada, guadaña, hacha, cencerro.
b) Utensilios de hilado: rueca.
c) Vehículos: automóviles, camiones, motos, moto con sidecar.
d) Aeroplano-Ala Delta.
e) Barcos.
f) Elementos diversos de cocina: abrelatas, salvamanteles, cuchara, tenedor, espumadera, batidor, pincho de carne, fruteros, bandejas, servilleteros, palilleros, cascanueces, chocolatera, coloca-corchos, maqueta de mesa tradicional plegable de cocina y sillas.
g) Ceniceros.
h) Bastones.
i)  Llaveros.
j) Anillos.
k) Muebles domésticos: mesas, lámparas colgantes y de pie,  lucerna, candil, revistero, perchero de pared y de pie, toalleros, cobertor de radiador, joyeros.
l) Muebles y otros elementos religiosos: sagrario, un cáliz, dos copones, base trípode de cruz, soporte de velas, cuña del niño Jesús, portal de belén y Natividad, políptico articulado, crucifijos de taracea.
ll) Carretillas-maceteros.
m) Varios: cadena monolígnea, ave-piña, rodillos de masaje, búhos, carraca, aerófono.
n) Escultura exenta: busto de Virgen, Virgen con el Niño, María, José y el Niño Jesús, Cristos Crucificados, busto masculino en barandilla, esculturas africanas, dos músicos con maracas y tambores, cisne guarda-anillos, choza africana, jirafa.
ñ) "Arte encontrado". Adaptaciones figurativas: culebras, rana, cuadrúpedo, cuadrúpedo imaginario, aves de textura pulida, cuadrúpedo "el discriminado" o "el rarosaurio", aves de textura rugosa.
o) Placas relivarias: recolección de cocos, madre africana e hijo, efigies de madre e hijo,  placa numérica.
p) Obras de taracea: crucifijos.

1) INTRODUCCIÓN. ALGUNOS DATOS BIOGRÁFICOS.

Mónico Osés Azpilicueta nació el 26 de enero de 1937, en plena guerra civil española, en la localidad de Ibiricu (Navarra), en el Valle de Yerri. Es hijo de Mónico y Saturnina, ambos naturales de dicha población y ya fallecidos.

En 1968 contrajo matrimonio, en Estella (Navarra), con Amparo San Martín Azcona, natural de Baquedano (Navarra), viviendo en adelante en esta bella población del Valle de Améscoa Baja, a orillas del río Urederra, en las proximidades de su espectacular Nacedero. Dos hijos nacieron de esta unión conyugal, Maite, con inquietudes artísticas como su padre, y Carlos, titulado en ingeniería.

Si hasta los 30 años Mónico ejerció la profesión de labrador en Ibiricu, a partir de 1968, una vez iniciada su vida matrimonial en Baquedano, comenzó a trabajar en la empresa de sillas "Andreu Nort, S.A.", recién ubicada en Eulate, en el término de Aristubeltza, hermoso paraje de fuerte impronta histórica, donde se acarician los territorios de ambas Améscoas. Hasta su jubilación en 1997, a la edad de 60 años, desarrolló la profesión de "Curvador" en dicha fábrica, fundada por el empresario valenciano don Andreu, iniciativa económica que ha permitido, hasta el día de hoy, el arraigo de parte de la población en los valles amescoanos, evitando la emigración a la gran ciudad y la consiguiente despoblación.

Como persona Mónico derrocha simpatía, amabilidad y bonhomía. Al igual que su esposa Amparo regala al visitante que se acerca a la loma boscosa en que se yergue su vivienda, un trato llano, cordial y una cálida sonrisa.

2) BREVE SEMBLANZA ARTÍSTICA.

Fue a raíz de su jubilación a los 60 años cuando Mónico inició su actividad en el campo de las Artes decorativas relacionadas con la madera. Probablemente su profesión de curvador durante años en las instalaciones de Andreu Nort, S.A., fabricando en maquinaria especializada piezas de madera de diferentes formatos y perfiles, rectilíneos, curvilíneos, abalaustrados, influyó y predispuso a Mónico en su interés y gusto por el trabajo artístico de la madera.

Inició su trabajo con elementos de relativa simplicidad, como cucharas de palo para cocina, para ir progresivamente, y de forma paulatina, adentrándose en la creación de objetos de composición más compleja, especialmente por requerir la combinación organizada y el encaje perfecto de multitud de piezas, como podemos observar en las máquinas agrícolas o en los coches y motos que tan minuciosamente elabora.

Indica Mónico que no tuvo maestros en su aprendizaje salvo la propia experiencia y la visita que con frecuencia ha realizado a ferias de artesanía junto a su esposa Amparo, y a veces sus hijos, celebradas en la localidad alavesa de Santa Cruz de Campezo y en las navarras de Puente la Reina, Alsasua, Tafalla, por citar algunas de ellas. Estos viajes de ocio y trabajo favorecieron y fomentaron su inspiración ya que observaba concienzuda y minuciosamente objetos diferentes, maquetas y piezas diversas, que contribuyeron a generar su propio repertorio de trabajo, unas veces copiando lo visto, otras modificándolo y mejorándolo, y otras elaborando obras de propia invención, cual auténtico artista.

Aunque no ha tenido alumnos aprendices en sentido estricto, sí que se ha relacionado con otros artesanos de la madera, como por ejemplo Mari Urra, tallador de madera de Zudaire, intercambiándose en ocasiones modelos y enseñándose e informándose recíprocamente sobre determinados aspectos de su trabajo.

Su esposa Amparo, y en ocasiones sus hijos, han actuado con frecuencia como críticos constructivos e insobornables de su obra, especialmente en el periodo de elaboración, con el ánimo común de obtener piezas de calidad y atractiva estética.


Amparo San Martín y Mónico Osés en Baquedano. (Foto de Jesús Díaz). Hermosa imagen del artista y su esposa Amparo en el umbral de su casa ante la majestuosa sierra de Limitaciones que vemos al fondo, exuberante en su belleza otoñal. Observamos un paisaje rural edénico  que invita al goce vital de la existencia de forma serena y tranquila, lejos del agobio urbano. Así lo muestran las plácidas sonrisas de Amparo y Mónico que se miran con ternura y cariño tras años de fecunda vida familiar.
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3) TÉCNICAS ARTÍSTICAS, INSTRUMENTOS DE TRABAJO, SOPORTES, TEMAS, MOTIVOS Y DISEÑOS ARTÍSTICOS.




Taller de trabajo de Mónico Osés. Instrumental. (Foto de Jesús Díaz).

En cuanto se refiere a las técnicas artísticas a las que Mónico Osés recurre en su obra señalaremos principalmente la talla manual (prescindiendo de trabajos mecánicos de torno) de piezas individuales de madera que por sí mismas son la obra final (cuharas, tenedores, espumaderas), o que posteriormente procede a encajar varias de ellas mediante diferentes sistemas (clavos metálicos, clavijas exentas de madera colocadas entre piezas previamente perforadas, machihembrados, encolados, etc.) para conformar la obra final (trilladora, coches, motos y otros). Aunque su obra se incluiría en el apartado de Artes Decorativas, artesanales, el trabajo de la mayoría de las piezas requiere una intervención estrictamente escultórica en tres dimensiones, sean cabezas de bastones, yugos, piezas de vehículos o animales, por citar algunos ejemplos. Como esculturas exentas, en términos rigurosos, podríamos considerar sus esculturas de impronta africana (cabeza de balaustrada, mujer porteadora, busto de Virgen). Además ha realizado breves incursiones en el campo artístico de la talla de paneles relivarios (placa de recolectores de cocos) y en el campo artístico de la taracea ( Cristos Crucificados).

En lo referente a instrumentos de trabajo, Mónico maneja los propios de la talla manual de la madera (serruchos, limas, lijas, gubias, hachas y azuelas, formones, cepilladora y taladro eléctricos, martillos, tenazas, alicates) y prescinde deliberadamente de tornos y otros aparatos de uso industrial. Su labor requiere, también la utilización de barnices, pinturas, colas, útiles varios, y numerosos elementos secundarios, que pueden apreciarse en las estanterías de su taller.

Si atendemos a los soportes de sus obras, Mónico trabaja maderas diversas, boj, haya, roble, nogal, pino y cerezo principalmente. Puesto que las obras finales son de pequeño tamaño el consumo de las mencionadas maderas es relativamente pequeño y no significativo, y algunas de ellas las obtiene de residuos recuperados, bien sea tablas de palets o pequeñas raíces de boj desnudas y fragmentadas procedentes de obras públicas, etc. Para Mónico no existen grandes diferencias a la hora de trabajar unas maderas u otras aunque reconoce que la más dúctil y maleable, y la más agradecida es el boj, de color amarillento, ya que en su talla no saltan astillas, a diferencia, por ejemplo, de la madera de pino, excesivamente blanda y susceptible de romperse y astillarse con facilidad. La madera de haya presenta un color más blanquecino, a diferencia del roble, de gran dureza, y el nogal, que muestran una tonalidad lígnea más oscura, y el cerezo que exhibe una seductora coloración rojiza. En consecuencia prefiere la talla y manipulación del boj y el roble.

Si nos referimos a los temas y piezas que Mónico ha trabajado hasta el momento, unos son funcionales y prácticos para la vida cotidiana, especialmente, por citar algunos de ellos, los elementos de cocina (tenedores, cucharas, espumaderas, servilleteros y palilleros, fruteros, cascanueces, etc.), los pequeños muebles domésticos (mesillas, lámparas, perchas, joyeros, etc.), y otros trabajos son de carácter decorativo ornamental (búhos, portal de Belén, bustos de Virgen y reyezuelo africano, porteadora, etc.), incluyendo en este grupo auténticos testimonios etnográficos de los valles amescoanos (maquinaria y útiles agrícolas, aperos agropecuarios, etc.) y vehículos antiguos que evocan con nostalgia tiempos pasados.

La mayoría de las obras de Mónico son figurativas, pues se representa la realidad de forma fiel, aunque alguna de ellas podría considerarse abstracta, como por ejemplo la escultura exenta "africana" que se yergue grácil con perfil sinuoso y calados circulares. Ciertas obras figurativas tienen adiciones fantasiosas, como por ejemplo algunos de los animales elaborados con elementos "encontrados", especialmente raíces de boj y de encina, sabiamente adaptados por Mónico según las formas caprichosas que la Naturaleza les ha otorgado. El catálogo de obras de Mónico, estructurado en el índice inicial de este trabajo, muestra los variadísimos temas y objetos que el autor ha elaborado hasta el momento en su trayectoria como trabajador artístico de la madera. Mencionamos algunos de ellos: maquinaria y utensilios agrícolas tradicionales amescoanos, utensilios de hilado, vehículos antiguos diversos, barcos, elementos y utensilios varios de cocina, ceniceros, bastones, muebles domésticos, muebles y elementos de carácter religioso, adaptaciones figurativas de elementos encontrados, carretillas-maceteros, esculturas exentas copias de originales africanos, placas de medio-relieve, elementos de taracea como Cristos Crucificados, etc.

Unas obras son copia de modelos previos (esculturas africanas), otras, basadas en modelos ya existentes, han sido mejoradas y perfeccionadas por Mónico (calendario de piezas móviles), y otras son de invención propia (trilladora, aventadora, carros, etc). No se conservan diseños y bocetos dibujados previamente a la elaboración de las piezas ya que Mónico apenas los ha usado, lo cual indica la facilidad y agilidad mental del artista para materializar de forma perfeccionista sus ideas y visualizaciones mentales o físicas, en trabajos definitivos.
Una de las fuentes de inspiración de Mónico han sido las piezas originales recibidas de África a través de su cuñada Sagrario San Martín Azcona, monja Hospitalaria que durante 35 años ha estado ejerciendo su actividad misionera en Ghana, habiéndose trasladado en el año 2010 a Monrovia, capital de Liberia, para continuar su generosa labor religiosa.

4) ALGUNAS EXPOSICIONES DE SU OBRA.

De la misma manera que Mónico acude a ferias de artesanía por el mero placer de contemplar objetos bellos que simultáneamente sirven para alimentar su inspiración artística, distintas piezas de su obra han participado también  en diversas exposiciones.

Ha expuesto, al menos durante dos años, en las Colonias de Zudaire, conjunto arquitectónico de gran belleza del arquitecto Víctor Eusa, con ocasión del "Día del Valle" de Améscoa. Ha participado también en otras exposiciones en poblaciones navarras, en Dicastillo dos años con ocasión de la celebración del "Día del espárrago", en Galdeano ("Día del Valle de Allín"), en Murugarren ("Día del Valle de Yerri), en Ibiricu, su pueblo natal (Fiestas patronales), en Zudaire ( "Día de la Mujer"), en Baquedano en el año 2009 con ocasión de la celebración del 25 aniversario de la película "Tasio" de Montxo Armendáriz, y en otras localidades.

También la prensa escrita y los medios audiovisuales se han interesado por su trabajo y se han hecho eco de su labor artística, por ejemplo parte de su obra se recogió en un vídeo de carácter etnográfico realizado en la población de Eulate, e incluso la Televisión Navarra, se ha ocupado en algún momento de sus producciones. Su obra es admirada y disfrutada con satisfacción allá donde se expone y se difunde.


Exposición de obra de Mónico Osés en el año 2009 en Baquedano (Navarra) durante la celebración del 25 Aniversario de la película "Tasio". (Foto de Jesús Díaz). Vemos en esta foto al propio autor, Mónico, ante el puesto en el que expuso parte de su obra con ocasión de esta efeméride amescoana, atendiendo gustosamente a los visitantes interesados en su obra. La mayoría de las piezas que observamos en la imagen serán consideradas posteriormente, y de forma individual, en este trabajo que hemos iniciado.

  
Exposición de obra de Mónico Osés en el año 2009 en Baquedano (Navarra) durante la celebración del 25 Aniversario de la película "Tasio". (Foto de Jesús Díaz). Apreciamos en esta foto un detalle de la mesa de exposición con algunas obras de Mónico, cencerros, yugo para uncir bueyes, arados "Brabant", uno exento y otro arrastrado por una pareja de bueyes, carro de espigar tirado por otra pareja de bueyes, trilladora "Ajuria", palillero con hacha, etc. Se observa en esta imagen el tamaño, en general pequeño, de las obras de Mónico, aunque algunas piezas, como por ejemplo la trilladora, alcanzan dimensiones considerables y evidente complejidad de elaboración.

5) CATÁLOGO DE SU OBRA.

A) MAQUINARIA Y UTENSILIOS TRADICIONALES AGRÍCOLAS.

* Aventadora.



Aventadora manual. Lateral. Maderas varias. Autor, Mónico Osés. (Foto de Jesús Díaz). La función de esta máquina agrícola es, como su propia denominación indica, aventar el grano de cereal, una vez recolectado, para limpiarlo de impurezas como paja, polvo, piedrecillas, semillas y gramíneas ajenas, etc. Su sistema de funcionamiento es manual y muy simple. El grano se deposita en la tolva troncopiramidal invertida que vemos en la imagen superior, y por su propio peso se desliza, por un orificio o ranura practicado en ella, a un conjunto de cribas paralelas superpuestas que se mueven gracias a una manivela exterior y van separando la paja del grano, por la propia acción del movimiento y del aire generado en el bombo al girar la manivela. La empresa AJURIA de Vitoria fabricaba antaño este tipo de maquinaria. Cuatro pequeñas ruedas y cuatro asas, dos delanteras y dos traseras, permitían mover la aventadora al lugar deseado.



Aventadora. Autor, Mónico Osés. (Foto de Jesús Díaz). Vemos en la imagen superior el otro lateral de la aventadora con la manivela que hace girar las paletillas del bombo cilíndrico, que apreciamos en la parte izquierda , generando aire para aventar las impurezas y movimiento para el paso del grano por las cribas.



Aventadora. Detalle de la manivela y el bombo interior. Autor, Mónico Osés. (Foto de Jesús Díaz). Mónico ha pintado las piezas de la aventadora en colores verde, rojo y negro.


Aventadora. Detalle. Autor, Mónico Osés. (Foto de Jesús Díaz). Bombo y biela de giro. En la parte inferior observamos las ventanillas de salida del "casquijo", o fragmentos que no pueden pasar por las cribas y que por su peso tampoco son expulsados por el aire generado al mover la manivela.

Aventadora. Autor, Mónico Osés. (Foto de Jesús Díaz). Vemos en la parte inferior de la aventadora el hueco rectangular por el que salia el grano limpio. Se aprecia en esta imagen la rotundidad del bombo cuyas paletillas al girar generaban el aire necesario para aventar.

* Trilladora.



Trilladora "Ajuria". Pino y haya. Vista anterior. Autor, Mónico Osés. (Foto de Jesús Díaz). Esta máquina agricola fabricada y comercializada por la empresa vitoriana AJURIA, S.A. desde 1926 supuso un importante avance en la mecanización de la agricultura española. Se convirtió en la trilladora por antonomasia de la época y un elemento esencial en las eras de los pueblos nacionales. Permitía la separación del grano y la paja de forma estática, esto es, se ubicaba en un lugar fijo de la era y el cereal se transportaba con los carros y remolques hasta ese lugar para la trilla, a diferencia de las cosechadoras actuales que lo hacen desplazándose en los propios campos de cereal, realizando siega y trilla de forma simultánea, aunque la paja se queda en la pieza a la espera de ser empacada. La trilladora se movía gracias a la intervención de fuentes de energía inanimadas, especialmente los famosos motores "Lister" ingleses, y  quienes no podían acceder a ellos se servían de motores de camiones y vehículos antiguos, tractores, etc.



Trilladora "Ajuria". Vista posterior. Autor, Mónico Osés. (Foto de Jesús Díaz). Una gran polea comunicaba el motor con la trilladora convirtiendo, mediante diferentes mecanismos, el movimiento de rotación generado, en diferentes movimientos en el interior de la trilladora, permitiendo triturar la mies y conducir el grano hasta los sacos de envasado, y la paja era transportada por una tubería hasta los pajares de las casas y almacenes.



Trilladora "Ajuria". Vista anterior. Autor, Mónico Osés. (Foto de Jesús Díaz). Los fajos o gavillas de cereal (trigo, avena, cebada, etc.) se colocaban  y se desataban en la mesa que vemos en la imagen y se enviaban manualmente por la correa elevadora hasta el cuerpo de trilla y de aventado.



Trilladora "Ajuria". Autor, Mónico Osés. (Foto de Jesús Díaz). Como vemos en la imagen cuatro ruedas y un mayal permitían la conducción y colocación de la máquina trilladora en el lugar idóneo, firme y llano, previamente preparado en la era. La operación de trilla generaba un ritual de trabajo característico que hoy en día, lamentablemente, casi se ha olvidado.



Trilladora "Ajuria". Detalle. Cabeza de entrada del cereal. Autor, Mónico Osés. (Foto de Jesús Díaz). El perfil de la máquina es inconfundible y se asemeja a un gran caballo de madera que devora la mies para transformarla en su compleja panza en grano y paja.



Trilladora "Ajuria". Detalle. Autor, Mónico Osés. (Foto de Jesús Díaz). Un conjunto de poleas y ejes de giro, que Mónico ha reproducido en miniatura de forma fiel y minuciosa, como es característico en su trabajo, permitían el movimiento interior de la máquina para cumplir la función de trilla para la que había sido concebida.



Trilladora "Ajuria". Detalle. Autor, Mónico Osés. (Foto de Jesús Díaz). Mónico ha pintado la máquina en color rojo y amarillo en atractivo y contrastado cromatismo que alegra la vista. En la parte inferior observamos un cuerpo ventilador cilíndrico, similar al de la aventadora, que permitía limpiar el grano.



Trilladora "Ajuria". Detalle lateral. Autor, Mónico Osés. (Foto de Jesús Díaz). En la parte inferior vemos el ventilador . En la parte superior apreciamos las bielas que sostenían los "zalandrones".

Trilladora "Ajuria". Detalle. Autor, Mónico Osés. ( Foto de Jesús Díaz). Vemos en la imagen la parte posterior de la máquina. Observamos en primer plano el cuerpo de segunda limpia del grano que disponía de sus cribas correspondientes. En la parte frontal inferior observamos los tres orificios por los que salía el grano a los sacos que en ellos se colocaba para su llenado. Posteriormente se llevaban a los graneros, generalmente al hombro, y con frecuencia a los pisos altos de las casas, lo cual implicaba un trabajo arduo y sacrificado para los duros y sufridos labradores amescoanos. Apreciamos igualmente un orificio, a la izquierda de los que servían para la salida del grano, para que el "casquijo" saliera a otro saco; ni pasaba las cribas del grano ni era expulsado por el aire de aventado. También apreciamos en la foto la tubería de considerable diámetro que conducía la paja a los pajares de viviendas y almacenes. Normalmente alguna persona se ocupaba de prensar con su propio peso la paja almacenada, trabajo nada agradable por el polvo que se generaba.



Trilladora "Ajuria". Detalle. Autor, Mónico Osés. (Foto de Jesús Díaz). Vemos desde una perspectiva elevada la parte posterior dela máquina donde se recogía el grano y desde donde salía la tubería metálica de la paja.



Trilladora "Ajuria". Motor "Lister" inglés. Boj y pino. Autor, Mónico Osés. (Foto de Jesús Díaz). Vemos una espléndida maqueta del famoso motor diesel fabricado en Dursley (Inglaterra), y que tantos usos, especialmente agropecuarios, tuvo.



Trilladora "Ajuria". Motor "Lister" inglés. Autor, Mónico Osés. (Foto de Jesús Díaz). El motor se arrancaba mediante la manivela que vemos en la imagen y que tan primorosamente ha representado Mónico. Un carretillo con cuatro pequeñas ruedas y cuatro andas, dos anteriores y dos posteriores, permitían trasladarlo de forma cómoda al lugar requerido y colocarlo donde era preciso.



Trilladora "Ajuria". Motor "Lister" inglés. Autor, Mónico Osés. (Foto de Jesús Díaz). Si en la parte anterior el motor exhibe la polea de arranque, en la parte posterior, que vemos en esta imagen, muestra el eje de la polea que se unía al cuerpo de la trilladora para permitir su movimiento y funcionamiento.

* Arado "Brabant".



Arado "Brabant" de la casa "Ajuria, S.A." de Vitoria (Alava). Boj. Autor, Mónico Osés. (Foto de Jesús Díaz). Estos arados de la famosa empresa alavesa tuvieron en su tiempo una gran aceptación y se manipulaban mediante tracción animal, especialmente parejas de bueyes uncidos. Su elaboración era de hierro inicialmente y posteriormente de acero, material más resistente y ligero. Se desplazaba mediante dos ruedas. Disponía de vertederas que se daban la vuelta al finalizar el surco y a veces rejas que permitían descortezar la superficie de la tierra y enterrar la hierba, el rastrojo, el estiércol, lo cual evitaba que las vertederas perforadoras se embozaran con forraje; ello suponía una gran ventaja para zonas húmedas con profusa maleza como Améscoa.



Arado "Brabant" de la casa "Ajuria, S.A." de Vitoria. Autor, Mónico Osés. (Foto de Jesús Díaz). Un vástago superior, unido de forma móvil al eje horizontal principal del arado, permitía, mediante su desplazamiento regulado en una rueda dentada, adecuar la profundidad del arado, la hondura del surco. Evidentemente cuanto mayor profundidad alcanzaba,el esfuerzo requerido a los bueyes que lo tiraban era mayor.



Arado "Brabant" de la casa "Ajuria, S.A." de Vitoria tirado por bueyes. Autor, Mónico Osés. ( Foto de Jesús Díaz). Observamos en la foto cómo los bueyes uncidos con el yugo tiraban del arado para labrar la tierra. La aguda y curvilínea vertedera penetraba en el suelo, según la regulación de profundidad realizada por el agricultor, y volteaba la tierra, para luego igualarla y desmenuzarla mediante la grada y la narria.


Arado "Brabant" de la casa "Ajuria, S.A." de Vitoria, tirado por bueyes. Autor, Mónico Osés. ( Foto de Jesús Díaz). Observamos en la imagen cómo la pareja de bueyes se uncía mediante el yugo de madera, yugo que descansaba en el cuello de los animales sujetándose mediante correajes de cuero. La tracción animal mediante bueyes fue decisiva y muy utilizada en los campos amescoanos. Hoy en día la evolución técnica ha permitido realizar la mayoría de operaciones agrícolas con maquinaria moderna que evita el uso de tracción animal, disminuye considerablemente el esfuerzo humano, aumenta el rendimiento y la productividad, y convierte la actividad agraria en una profesión menos sacrificada, aunque dados los bajos precios de los productos del campo  para el agricultor y la fuerte competencia de productos exteriores en un mundo globalizado, pocos jóvenes, lamentablemente, se deciden por vincular sus existencias a la agricultura.

* Yugo para uncir bueyes.

Yugo para bueyes. Vista anterior vertical. Haya. Autor, Mónico Osés. (Foto de Jesús Díaz).  El yugo, mediante el que se unían dos bueyes, a veces vacas, mulas, caballos, para ejercer ambos un esfuerzo conjunto y unitario en el mundo agropecuario, es un útil de madera con dos concavidades laterales para encajar en el cuello de los animales. Consta de una parte central recta llamada sobeo o centro, provisto de convexidades llamadas mesas para fijación de las correas y unas partes curvas a los dos lados que se denominan gamellas o camellas. Las prominencias frontales y los angulares diversos del yugo permiten una sujeción segura de los correajes que unen el cuello de los animales al yugo. El agujero central facilita la sujeción de la lanza o pértiga del carro, el timón del arado, etc. al propio yugo, formando un conjunto único los animales que proveen la fuerza de tracción, el útil o máquina agrícola, arado, carro, etc. y el propio yugo que facilita y proporciona el vínculo físico de todos los elementos. El bello yugo que ha elaborado Mónico se ajusta a los realmente utilizados en Améscoa, y lo ha decorado con breves incisiones verticales, horizontales, angulares, en aspa, que rompen la monotonía superficial de la madera y le confieren belleza y dinamismo.



Yugo para bueyes. Vista anterior en posición tumbada. Autor, Mónico Osés. (Foto de Jesús Díaz). Se conservan en la actualidad numerosos yugos en las Améscoas, aunque dada su obsolescencia actual como elementos de trabajo agrícola, se utilizan principalmente como piezas ornamentales tradicionales en las casas de la zona.

* Grada.





Grada. Boj. Autor, Mónico Osés. (Foto de Jesús Díaz). La grada  consiste en una estructura simple que incorpora bucles alineados metálicos que permitían tras el labrado, un allanamiento y desmenuzamiento de la tierra removida con el arado. Un mando central facilitaba dar mayor o menor profundidad a la acción de los bucles. Este útil era tirado por parejas de bueyes uncidos mientras el labrador conducía a ambos, mediante dos asas manuales, caminando y empujando hacia el suelo en la parte posterior para lograr mayor profundidad.



Grada. Autor, Mónico Osés. (Foto de Jesús Díaz).

* Arado romano.



Arado romano. Haya y boj. Autor, Mónico Osés. ( Foto de Jesús Díaz). Este arado, utilizado para labrar o abrir surcos en la tierra agrícola de labranza, se compone de tres partes esenciales, el timón, que permitía su unión al animal de tiro, la reja que con su punta metálica penetraba en la tierra abriéndola, y el mango que conducía el propio labrador. La reja, como vemos en el hermoso ejemplar que Mónico ha construido, era regulable en su ángulo de inclinación, lo cual permitía una mayor o menor profundidad del surco.

* Arado romano, narria, azada, guadaña.



Arado romano, narria, azada y guadaña. Autor, Mónico Osés. ( Foto de Jesús Díaz). Volvemos a ver en esta imagen el arado romano anterior junto a otros útiles agrícolas tradicionales. La narria consistía en una estructura rectangular que disponía de pinchos verticales. Al ser arrastrada sobre la tierra arada, generalmente por un animal de tiro, permitía igualar y suavizar la superficie de tierra previamente labrada. La azada, útil de actividad individual muy conocida,  tiene diversas utilizaciones, levantar la tierra, arrancar plantas, bulbos, allanar, sembrar semillas, plantar, etc. Con la guadaña, útil también de uso individual, el labrador segaba manualmente la mies madura, trigo, avena, cebada, yero, y las diferentes yerbas, alfalfa, alholva, etc. Una pequeña escuarilla unida al corte metálico, corte que tiene forma de medialuna, y unida también al mango de manejo del instrumento, permitía que el cereal cortado se inclinase y depositase de forma regular y alineada en el suelo para el posterior formado de manadas y gavillas. La guadaña se maneja con una mano en la parte superior del mango y la otra en la pequeña asa de su parte central. El corte de la guadaña se afilaba habitualmente colocándolo sobre la cabeza, a modo de yunque, de un largo clavo que se hundía en la tierra; con un pequeño martillo se iba golpeando el filo de la guadaña progresivamente durante todo su recorrido. Antes de realizar esta operacion, que llevaba cierto tiempo, se mantenía el afilado de la guadaña con una piedra  manual que el agricultor llevaba en una pequeña funda en su cintura. Ya en el famoso manuscrito miniado  Las muy Ricas Horas del Duque de Berry, elaborado en el siglo XV, observamos en la miniatura correspondiente al mes de junio, y en segundo plano, a tres segadores con guadaña colocados en línea diagonal para no herirse unos a otros , y vemos en primer término, a dos agricultoras que acumulan el forraje cortado en pequeños montones regulares. Es conocido también el simbolismo funerario asignado a la guadaña, pues con frecuencia se representa a la Muerte portando dicho útil para segar aquellas vidas que han llegado al final de su existencia.

Arado romano, narria, azada y guadaña. Autor, Mónico Osés. (Foto de Jesús Díaz). En esta imagen vemos la pequeña narria con los pinchos hacia arriba, a diferencia de la imagen anterior en que se mostraba en posición real, esto es, con los pinchos metálicos hacia abajo, sobre el terreno de labranza.

* Hacha en un palillero.



Hacha en un palillero. Boj. Autor, Mónico Osés. (Foto de Jesús Díaz). Otra de las herramientas tradicionales muy habituales en el mundo de las Améscoas, de uso manual e individual, es el hacha, especialmente si tenemos en cuenta que la inmensa riqueza forestal de la zona ( sierra de Limitaciones y Urbasa, monte de Lóquiz, aldayas) requería para su aprovechamiento instrumentos de manipulación y corte apropiados para la madera de los bosques como las hachas,  mazas, cuñas, trenzas, sierras, etc. El hacha se compone de un mango de madera al que se le aplica en uno de sus extremos una sólida pieza metálica de corte. En esta imagen vemos un hacha formando parte de un bellísimo palillero de sugerente y lograda concepción hecho por Mónico. Combina superficies lisas y redondeadas y superficies ornamentadas con incisiones simples verticales e incisiones en forma de malla de rombos en losange. La impregnación de barniz confiere al palillero un atractivo brillo que refuerza la belleza general del objeto, especialmente de las partes lisas y pulidas. El contraste de formas cúbicas y esféricas otorga igualmente al palillero una seducción visual evidente.

* Cencerros.



Cencerros. Boj. Autor, Mónico Osés. (Foto de Jesús Díaz). El cencerro es otro de los útiles agropecuarios típicos de Améscoa. Los numerosos animales domésticos de las poblaciones que pasaban gran parte de sus existencias en los montes hacía necesario un elemento de control y búsqueda que se solucionaba con los cencerros. Estos útiles de sonido se colocan alrededor del cuello de los animales mediante un collar que habitualmente también se hacía de madera como vemos en los cencerros que Mónico ha elaborado. La forma, tamaño, composición de la campana metálica y del propio badajo generan uno u otro sonido que generalmente los ganaderos conocen, identificando desde la lejanía el animal que lo porta. Mónico nos deleita con dos preciosos ejemplares, simples y bellos, adornados con incisiones lineales.

* Carreta-galera.



Galera. Lateral derecho. Maderas varias. Autor, Mónico Osés. (Foto de Jesús Díaz). A diferencia del carro normal de dos grandes ruedas, la galera dispone de cuatro ruedas, dos traseras de gran diámetro, fijas a la propia caja, y dos delanteras más pequeñas, móviles, y con posibilidad de giro, unidas al timón de doble mayal lateral. Mónico ha elaborado esta galera con cajeado de tablas, ruedas de radios de madera y ejes y rodadura simulando metal, con incorporación de frenos. La galera era más típica de la Ribera de Navarra que de la Montaña, quizás por sus espacios amplios y llanos que permitían un despliegue sin limitaciones de este útil de transporte, a diferencia de los espacios reducidos y accidentados, característicos de las zonas montañosas, y en concreto de las Améscoas.




Galera. Lateral izquierdo. Autor, Mónico Osés. (Foto de Jesús Díaz).

* Carro con cartolas tirado por bueyes.



Carro con cartolas tirado por bueyes. Autor, Mónico Osés. (Foto de Jesús Díaz). Vemos en esta imagen un carro con caja de madera, ruedas radiales y con frenos. Para proteger las ruedas Mónico incorpora en sus carros  barandillas laterales que tienen forma de escalerillas horizontales. El carro es tirado por una pareja de bueyes uncidos mediante yugo. Los bueyes tallados por Mónico son estilizados y sin excesivo detallismo y están en posición estática previa a la acción.



Carro con cartolas tirado por bueyes. Autor, Mónico Osés. (Foto de Jesús Díaz). Unas estacas verticales metidas en los orificios practicados en el perímetro de la cama rectangular del carro permiten sostener las cartolas y en consecuencia la carga que el carro transporta.

* Carros con bueyes para transportar mies.



Carro con bueyes para el acarreo de mies. Autor, Mónico Osés. (Foto de Jesús Díaz). En época de trilla los agricultores usaban, para el transporte de la mies hasta las eras, el carro sin las cartolas laterales. Introducían en los orificios perimetrales de la cama largas pértigas o picas puntiagudas en posición vertical, como vemos en la imagen superior, lo cual permitía ensartar fajos de cereal o de yerba, manadas,  gavillas,  de forma fácil y cómoda para su transporte a la era.

* Carro con caballo.



Carro con caballo. Autor, Mónico Osés. (Foto de Jesús Díaz). El carro dispone de dos mayales laterales que se unen al caballo mediante correajes adecuados.

Carro con caballo. Autor, Mónico Osés. (Foto de Jesús Díaz). Al igual que los bueyes, los caballos, burros, y mulos, utilizados en Améscoa como fuerza de tracción animal ejercieron un papel importante en la economía del Valle. Nuevamente Mónico representa al caballo de forma estilizada, minimalista, sin muchos detalles fisonómicos, y en posición estática. Normalmente no son una pieza única sino que se componen de varias partes que el autor une. El caballo, como vemos en la imagen, está bien enjaezado, lleva en su cuello un collar de tiro y sobre su lomo una silla o albarda sobre la que se apoya el correaje que sostiene los mayales laterales del carro.

B) UTENSILIOS DE HILADO.

* Rueca.



Rueca. Boj. Autor, Mónico Osés. (Foto de Jesús Díaz). La rueca es un utensilio que se empleaba tradicionalmente para hacer hilo. Estaba formado básicamente por una vara o estructura con una pieza en su parte superior donde se ponía la materia textil o copo y un huso accionado mediante una rueda o poleas.


Rueca. Autor, Mónico Osés. (Foto de Jesús Díaz). Mónico ha recurrido en este caso a elementos verticales y horizontales abalaustrados de estilizado perfil y a dos placas como estructura del conjunto. Una polea unida mediante una biela a la plataforma móvil inferior, balanceada por los pies, permitía el funcionamiento de la rueca; el movimiento de vaivén de los pies se transformaba por la biela en movimiento rotatorio.

C) VEHÍCULOS.

* Coche antiguo descubierto.



Coche. Haya y boj. Vista lateral. Autor, Mónico Osés. (Foto de Jesús Díaz). Es uno de los coches más antiguos hechos por Mónico. Es descubierto y dispone de asientos al aire libre, afrontados, mandos y volante vertical en la parte central, y ruedas delanteras y traseras radiales y de diferente diámetro.



Coche. Vista lateral. Autor, Mónico Osés. (Foto de Jesús Díaz). En ambos lados del vehículo los asientos se han decorado con estrellas incisas. En la parte delantera parece llevar dos faros o luminarias colocadas en la parte superior de forma simétrica con respecto al eje longitudinal del vehículo.

* Coche antiguo.



Coche. Boj. Vista lateral izquierda. Autor, Mónico Osés. (Foto de Jesús Díaz). Vemos en esta imagen un coche tecnológicamente más avanzado que el anterior, descapotable, con cuatro ruedas iguales y rueda de repuesto en la parte posterior.  Un bello diseño que evoca tiempos pasados.



Coche. Vista lateral derecha. Autor, Mónico Osés. (Foto de Jesús Díaz). El coche dispone de asiento corrido, volante a la izquierda y portezuelas laterales de cierre rústico. Las ruedas son radiales, el parabrisas rectangular, y los parachoques metálicos cuasi exentos.



Coche. Vista en picado. Autor, Mónico Osés. (Foto de Jesús Díaz). Esta preciosa vista del vehículo desde lo alto nos permite visualizar claramente su anchura, mayor en la parte trasera que en la delantera, así como los diferentes elementos y su colocación, guardabarros, parachoques, faros, habitáculo del conductor y del copiloto, rueda de repuesto, etc.

* Coche antiguo porta-botellas.



Coche. Pino. Vista lateral izquierda. Autor, Mónico Osés. (Foto de Jesús Díaz). Este vehículo es el primero que elaboró Mónico y le dió una utilidad de botellero de sobremesa, como podemos apreciar en la imagen. Es el único vehículo que tiene conductor en su interior. El habitáculo de los usuarios es muy reducido y lateralmente está abierto, sin puertas. El coche tiene cuatro ruedas macizas con una perforación perimétrica de círculos, una rueda de repuesto, caja para las botellas y guardabarros desarrollado. Su diseño está más próximo al pequeño camión que al coche utilitario.

Coche. Vista lateral derecha. Autor, Mónico Osés. (Foto de Jesús Díaz). Este vehículo es el único en el que Mónico utilizó un sistema de clavos para la unión de las diversas piezas del conjunto. Llama la atención la belleza y potente atracción de la simplicidad de ejecución del vehículo.

* Coche cubierto.



Coche "Citroen Pato". Pino y boj. Vista en picado. Autor, Mónico Osés. (Foto de Jesús Díaz). Este coche antiguo muestra igualmente una belleza sorprendente. Fijémonos en sus diferentes partes, capó, dos puertas de acceso , delantera y trasera, en cada uno de los laterales, con sus manillas respectivas, ruedas de repuesto radiales y de caucho en ambos lados, faros, parachoques, ventanas. En algunas partes del vehículo se aprecian las clavijas cilíndricas de madera utilizadas por el autor para la unión y encaje de las diferentes piezas.



Coche "Citroen Pato". Vista lateral izquierda. Autor, Mónico Osés. ( Foto de Jesús Díaz). Obsérvese el detalle de las perforaciones del capó para refrigerar el motor situado en la parte delantera. El uso de maderas diversas otorga a la obra  una belleza de leve contraste cromático.


Coche "Citroen Pato". Vista lateral derecha. Autor, Mónico Osés. (Foto de Jesús Díaz). El perfil, la volumetría y el diseño antiguo de estos bellísimos coches nos retrotraen a épocas pasadas, evocando en nuestra mente sociedades industriales ya superadas.



Coche "Citroen Pato". Vista frontal. Autor, Mónico Osés. (Foto de Jesús Díaz). El autor ha realizado con detalle, mediante incisión, los dibujos del caucho de las ruedas que apreciamos con nitidez en esta imagen. Véase el sistema de parachoques cuasi exentos de los antiguos modelos de vehículos a diferencia de los coches modernos que los incorporan de forma más integrada en conjunto general.



Coche "Citroen Pato". Vista posterior. Autor, Mónico Osés. (Foto de Jesús Díaz). Observamos en la foto de arriba la parte trasera del vehículo con su coqueto maletero entre los guardabarros y el parachoques. A través de la ventana posterior apreciamos, al fondo, el volante de conducción.

* Coche antiguo descapotable.

Coche. Maderas varias. Vista desde el lado del copiloto. Autor, Mónico Osés. (Foto de Jesús Díaz). El coche antiguo que vemos en la imagen es el último que Mónico ha realizado. Su perfección formal de acabados y encaje de piezas es evidente. El autor ha utilizado diversas clases de madera de tonalidad cromática diferente que dan  al conjunto del automóvil una estética bella y contrastada.



Coche. Vista desde el lado del conductor. Autor, Mónico Osés. (Foto de Jesús Díaz). La superficie de cualquiera de las piezas del vehículo ha sido pulida de forma concienzuda y primorosa de forma que las texturas son tersas y bruñidas hasta el extremo a lo cual contribuye la impregnación cuidadosa de barnices brillantes.



Coche. Vista angular desde la parte posterior. Autor, Mónico Osés. (Foto de Jesús Díaz). El detallismo y volumetría de las diferentes partes del vehículo, especialmente de la zona trasera, llaman la atención, faros, parachoques, rueda de repuesto, etc. También agrada visualmente el contraste de luces (superficies exteriores del coche) y sombras (penumbra del interior vista a través de las ventanas).



Coche. Vista angular desde la parte posterior. Autor, Mónico Osés. (Foto de Jesús Díaz). Un atractivo especial tienen las ruedas del vehículo que Mónico ha elaborado con precisión y delicadeza, llantas radiales, rodadas simulando gomas de caucho mediante pintura negra, ejes, etc.



Coche en proceso de elaboración. Autor, Mónico Osés. ( Foto de Jesús Díaz). Vemos en esta bonita imagen el vehículo durante su proceso de realización. Mónico no ha aplicado todavía el barnizado final ni ha colocado todas las piezas, como por ejemplo las ruedas, que yacen en el suelo recién pintadas a la espera de ocupar su lugar correspondiente.

* Camión chevrolet de los años 30 del siglo XX.



Camión "Chevrolet" de los años 30 del siglo XX. Maderas varias. Vista desde la derecha. Autor, Mónico Osés. (Foto de Jesús Díaz). En este caso Mónico ha elaborado un hermoso camión antiguo con alto habitáculo para los usuarios y caja trasera para la carga. Los vanos laterales carecen de portezuelas y a través de ellos observamos el volante y la palanca de cambios. Dos grandes faros de boj delanteros sirven para la iluminación nocturna.



Camión "Chevrolet" de los años 30 del siglo XX. Vista desde la izquierda o lado del conductor. Autor, Mónico Osés. (Foto de Jesús Díaz). Mónico ha dotado al vehículo de una caja de herramientas, pintada de negro, al igual que el guardabarros sobre el que se apoya y las gomas de las ruedas.
Camión "Chevrolet" de los años 30. Vista frontal en escorzo. Autor, Mónico Osés. (Foto de Jesús Díaz). La rejilla delantera del motor la ha sugerido el autor mediante una red incisa de rombos en losange. Mónico tiene la habilidad y destreza para el contraste de maderas de diferentes tonalidades, que unido al uso adecuado de pinturas y barnices seducen al ojo ansioso de belleza, obteniendo resultados de lograda hermosura, como apreciamos, una vez, más en esta imagen.

*Moto.



Moto. Boj. Autor, Mónico Osés. (Foto de Jesús Díaz). La belleza formal, la complejidad y la diversidad de piezas encajadas a la perfección en esta obra de Mónico nos deja atónitos. Asiento, depósito de carburante, manillar, frenos de mano, espejo retrovisor, faros, ejes, motor, tubos de escape, caja de herramientas, ruedas, tantos elementos individuales, elaborados por separado, en sus dimensiones proporcionadas y adecuadas, y todos ellos colocados en su exacta posición, cual si un Dios Hacedor hubiese intervenido en su hechura,  nada desentona, parece una fotografía tridimensional de una moto real. 



Moto. Vista lateral. Autor, Mónico Osés. (Foto de Jesús Díaz). Vemos la moto, con todo su piecerío bien organizado, desde el lateral izquierdo y en posición de descanso, levemente inclinada, con su pata de apoyo sobre el suelo.



Moto. Manillar y faros. Vista frontal. Autor, Mónico Osés. (Foto de Jesús Díaz). Vemos en la imagen un detalle de la parte delantera de la moto, con los faros y el panel de mandos en posición más retrasada.

* Moto.



Moto. Boj. Vista lateral izquierda. Autor, Mónico Osés. (Foto de Jesús Díaz). Vemos en la imagen un modelo de moto, realizado por Mónico, diferente al anterior, aunque con todo su piecerío en perfecta sintonía y complicidad para deleitarnos con su insultante belleza.



Moto. Vista lateral derecha. Autor, Mónico Osés. (Foto de Jesús Díaz). Todas las piezas de esta obra son de boj, al igual que ocurría en la moto anterior, lo que, unido a la perfección de hechura, confiere a estos vehículos un atractivo material y visual potente y turbador.

* Moto con sidecar.



Moto con sidecar. Boj. Vista lateral derecha. Autor, Mónico Osés. (Foto de Jesús Díaz). Además de las soberbias motos individuales anteriores, Mónico ha elaborado también una moto con sidecar que evoca los tiempos pasados de la Segunda Guerra Mundial. Ha cuidado hasta el más mínimo detalle con una meticulosidad avasalladora. Sorprende la perfección de superficies y los acabados pulidos y bruñidos hasta la extenuación.



Moto con sidecar. Vista desde la izquierda. Autor, Mónico Osés. (Foto de Jesús Díaz). Llama la atención los numerosos adminículos que sobresalen del cuerpo central de la moto, especialmente los espejos y faroles que se alzan arrogantes en la parte alta de la moto. Hasta ha tenido el detalle el autor de incorporar una matrícula, NA-1001, sobre el guardabarros de la rueda delantera de la moto en un alarde de preciosismo y detallismo que nos anonada.



Moto con sidecar. Vista en picado. Autor, Mónico Osés. (Foto de Jesús Díaz). La belleza que nos transmite esta imagen tomada desde lo alto vuelve a evidenciar la facilidad y destreza de Mónico para la colocación precisa y exacta de cada elemento en su lugar idóneo.

Moto con sidecar. Detalle del manillar. Autor, Mónico Osés. (Foto de Jesús Díaz). Las piezas de perfil sinuoso y curvilíneo que apreciamos en esta imagen, son las predominantes en la producción de Mónico, que en general huye de las piezas angulosas, agresivas y áridas. Quizás es una muestra de la sensibilidad y delicadeza de su alma que se trasluce de forma cálida y amable en su obra.

D) AEROPLANOS. ALA-DELTA.

* Aerodeslizador.



Aerodeslizador. Autor, Mónico Osés. (Foto de Jesús Díaz). En esta obra Mónico ha combinado quizás, el concepto de "ala-delta" / aerodeslizador, y el ultraligero sencillo. El artefacto elaborado dispone de una especie de moto/bicicleta para el usuario, con su manillar y ruedas correspondientes para el aterrizaje y desplazamiento en suelo firme, un plano horizontal, con dos pequeños motores con sus hélices respectivas, y, unido mediante cordaje a este conjunto descrito  un panel curvilíneo superior para el planeamiento en altura. Mónico ha tallado al usuario cómodamente sentado en el aeroplaneador portando un elegante sombrero inglés.



Aerodeslizador. Autor, Mónico Osés. (Foto de Jesús Díaz). Todo el aparato de vuelo es de maderan salvo el cordaje, hecho de materia textil, y el manillar que es un angular metálico en forma de U abierta.

E) BARCOS.

* Barco con dos palos.



Barco. Haya y boj. Autor, Mónico Osés. (Foto de Jesús Díaz). Vemos en la imagen la maqueta de un bello barco velero de época pasada, de dos palos y casco hueco. En proa observamos, junto al trinquete, el característico timón circular, en el centro de la nave vemos la trampilla de acceso al interior. En popa apreciamos la parte más elevada del casco de la embarcación enmarcada por una balaustrada. Tanto a babor como a estribor el barco dispone de una balaustrada lateral con huecos regulares que en embarcaciones de guerra solían servir también como embocadura de los cañones situados en línea o en batería. Véase la culminación de la embarcación con banderas y banderines de madera de boj junto al puesto de los vigías en el palo mayor y en el trinquete.



Barco. Autor, Mónico Osés. (Foto de Jesús Díaz). Obsérvese el detallismo de Mónico en la disposición de los diversos elementos de navegación que apreciamos en la proa del barco, trinquete, aparejos en general, cordajes, jarcias, escalerillas, trampilla de acceso, timón. Apréciese igualmente el vistoso contraste de materiales lígneos en la construcción del velero, boj de tono amarillento del timón y de los palos mayor y trinquete, roble de tono oscuro del casco, algodón de las jarcias, y haya de las escalerillas y de la trampilla.



Barco. Autor, Mónico Osés. (Foto de Jesús Díaz). Vemos en esta foto la popa del velero en posición elevada con una escalerilla abalaustrada de acceso. Se aprecia igualmente el atractivo contraste de materiales desde el punto de vista cromático.

* Barco con tres palos.

Barco. Autor, Mónico Osés. (Foto de Jesús Díaz). Esta maqueta de barco velero es más sencilla que la anterior, pero no menos atractiva. Dispone de un casco en forma de bañera, tres palos con sus respectivos aparejos, jarcias, cordajes, velas,  y líneas, a babor y estribor, de óculos enmarcados con madera de boj, bien sea de camarotes para la tripulación o de bocas de cañones en batería si se utilizara para fines militares.

F) ELEMENTOS Y UTENSILIOS DE COCINA.

* Abrelatas.



Abrelatas. Boj. Autor, Mónico Osés. (Foto de Jesús Díaz). Observamos en esta foto un sencillo pero eficaz abrelatas de madera. Concretamente sirve para abrir aquellas latas que incorporan una anilla para la apertura mediante sistema "abrefácil" con trazado de rasgado previamente marcado. El utensilio se compone de un cuerpo circular ( calado mediante un óculo central y cuatro puntos perforados simétricos que flanquean a aquél), un mango para su manejo, y un pequeño vástago cilíndrico incrustado en el cuerpo circular que se introduce en la anilla de la lata y mediante palanca permite abrirla.

*Salva-manteles.



Salva-manteles. Autor, Mónico Osés. (Foto de Jesús Díaz). Observamos en la imagen dos sencillos salva-manteles de mesa, o posa recipientes, cuya función es impedir el contacto directo de las cazuelas y sartenes, con los manteles de las mesas, evitando su quemado, deterioro o simple manchado. Son plegables y tienen forma de aspa cuando se abren para su uso. El utensilio se compone de dos sencillos brazos unidos en forma de X por el centro mediante un mecanismo de giro. En la imagen vemos dos modelos de igual estructura pero diferente ornamentación. El salva-manteles de la izquierda, que se exhibe desplegado, se decora con puntos perforados, mientras que el de la derecha se muestra plegado y se decora con largos y estrechos rectángulos calados en los brazos del utensilio.



Salva-manteles. Autor, Mónico Osés. (Foto de Jesús Díaz). Apreciamos en esta foto otro salva-manteles de estructura fija, no es plegable como los anteriores, y tiene forma de pez. Se compone de cabeza y cola macizas y cuerpo de varillas de madera paralelas de diferente longitud formando el perfil convexo y oval del cuerpo del pez; esta varillas se unen mediante pequeñas piezas rectangulares encoladas a modo de espina dorsal. El cuerpo y la cabeza son de roble y el cuerpo de haya generándose un vistoso contraste de materiales lígneos. Un punto perforado y una pequeña muesca angular conforman el ojo y la boca del pez que determinan un aspecto risueño del animal.

* Cucharas, tenedores, paletas, espumaderas.



Cucharas, tenedores, paletas, espumaderas. Boj. Autor, Mónico Osés. (Foto de Jesús Díaz). Vemos en esta foto un conjunto de utensilios utilizados en la cocina, todos ellos de evidente interés práctico en los afanes culinarios; por este motivo Mónico ha prescindido del barnizado de las piezas. Todos ellos muestran una belleza austera con sus formas curvilíneas y, algunos presentan perforaciones  circulares y bandas rectangulares.

* Pinchos, cucharas, batidor.



Pinchos, cucharas, batidor. Autor, Mónico Osés. (Foto de Jesús Díaz). También en esta imagen observamos diferentes elementos de sobria belleza y funcionalidad práctica culinaria utilizados en la cocina. El más llamativo es el batidor que vemos en el extremo derecho de la foto. Se ha realizado en una sola pieza de madera eliminando el material sobrante.

* Frutero.



Frutero. Autor, Mónico Osés. (Foto de Jesús Díaz). Observamos en la foto superior un bello frutero de forma troncocónica invertida compuesto de lengüetas de madera perforadas unidas en la amplia boca del frutero mediante una línea circular de bolas agujereadas a modo de collar de perlas.

* Bandejas.



Bandeja para alimentos. Autor, Mónico Osés. (Foto de Jesús Díaz). Nuevamente Mónico hace gala de una sabia conjunción de sencillez, funcionalidad y belleza.



Bandeja para alimentos. Autor, Mónico Osés. (Foto de Jesús Díaz). Vemos en la imagen una bandeja más sencilla que la anterior, sin la decoración lateral y sin su forma curvilínea oval. Mónico ha optado en este caso por una bandeja de trazos rectilíneos y asas levemente redondeadas.

* Palilleros y servilleteros.

Servilletero. Autor, Mónico Osés. (Foto de Jesús Díaz). Se compone de dos piezas iguales y paralelas en forma de U abierta con apoyo doble bípode inferior. El hueco entre ellas permite introducir de forma cómoda las servilletas de papel. Sus superficies sinuosas se decoran con líneas incisas.



Servilletero y palillero. Autor, Mónico Osés. (Foto de Jesús Díaz). Esta pieza es similar a la descrita anteriormente pero carece de patas de apoyo. Las dos piezas superiores en forma de U tienen una base común que se incrusta en una ranura practicada en la tabla inferior de soporte al igual que el palillero cilíndrico-oval que le acompaña, decorado con X incisas o rombos en losange.

Servilletero y palillero. Haya. Autor, Mónico Osés. (Foto de Jesús Díaz). También esta obra incluye, al igual que la anterior, servilletero y palillero sobre una base común. El primero se compone de dos piezas iguales triangulares dispuestas de forma vertical y paralela y se decoran con un cajeado en sus bordes y un perforado triangular en su centro. El palillero tiene forma de cuba y lleva ornamentación incisa de rombos en el registro superior y líneas incisas dispuestas al azar en el inferior



Servilletero de aro. Autor, Mónico Osés. (Foto de Jesús Díaz). Si los servilleteros descritos anteriormente eran aptos para servilletas de papel, de celulosa, los que apreciamos arriba se adecuan a las servilletas textiles clásicas. Son circulares, a modo de pulseras, y se decoran exteriormente con X incisas biseladas y puntos en los triángulos. Además la que vemos a la izquierda lleva en relieve positivo una M de suave trazo curvilíneo, letra inicial de Maite, y la que observamos a la derecha lleva una M mayúscula de trazo anguloso, letra incial de Mónico.

Palillero con hacha. Autor, Mónico Osés. (Foto de Jesús Díaz). Bellísimo palillero el que apreciamos en la foto superior. Se compone del propio palillero en sí y de un hacha clavada a su lado, ambos dispuestos en una pequeña plataforma de base escalonada. Exteriormente el palillero, que se halla en el escalón inferior, muestra forma cúbica, decorada con rombos incisos en losange, e interiormente muestra una concavidad cilíndrica para depositar los palillos. El hacha se halla clavada en el escalón superior del soporte en la forma habitual, elegante y desenfadada, en que la vemos tan frecuentemente en los troncos de los leñadores. Un conjunto verdaderamente logrado y de seductora estética.


Palillero doble de carreta con caballo. Autor, Mónico Osés. (Foto de Jesús Díaz). Hermosa pieza también la que observamos en esta foto. Un caballo en posición estática lleva un carro de dos ruedas y dos mayales que se adaptan al équido lateralmente mediante un arnés sobre su lomo. La carga del carro consiste precisamente en el palillero doble de forma exterior prismática rectangular con dos perforaciones cilíndricas y simétricas en su interior como depósitos de los palillos. En el lateral izquierdo del carro se aprecia un sistema de frenado y el eje de la rueda dispone de un bulón para evitar que aquella se salga del mismo.




Palillero-automóvil. Boj. Autor, Mónico Osés. (Foto de Jesús Díaz). Original pieza la que vemos en esta foto. El hueco cilíndrico del palillero se ha dispuesto, mediante perforacion, sobre la baca de un coche antiguo, que parece un Seat-600. El vehículo muestra una carrocería maciza en la que se han grabado, mediante líneas incisas, los cristales y la rejilla de refrigeración del motor en la parte trasera, e incorpora, como elementos individuales con cierta autonomía, las manillas de las puertas, los parachoques, y las ruedas.

* Sacacorchos.



Sacacorchos. Boj y roble. Autor, Mónico Osés. (Foto de Jesús Díaz). Realmente estamos viendo el mango del sacacorchos, falta incorporarle la espiral metálica. El sombrero, la nariz, las piernas y los pies son de roble, y el cuerpo orondo, los brazos y la cabeza son de boj, generando esa combinación un vistoso contraste de colores de materiales.

* Almirez. 



Almirez. Autor, Mónico Osés. (Foto de Jesús Díaz). Desde la antiguedad se ha usado el almirez como mortero portátil para machacar, triturar, macerar, diferentes productos por los alquimistas, los boticarios, los cocineros. Se compone de dos piezas, el cuenco, en el que se introducen los distintos ingredientes a machacar, plantas farmacológicas, semillas, ajos, especias, elementos gastronómicos varios, y el mazo cuya función es aplastar en el fondo y en los laterales del recipiente los productos. También suele utilizarse con frecuencia como mero elemento decorativo, en diferentes materiales, madera, metal, loza, y con distintas ornamentaciones. Mónico ha elaborado un cuenco de forma acampanada con un registro central de decoración almohadillada en relieve, de cuadrados en losange con paredes biseladas, y un mazo con decoración similar pero de rombos.

* Chocolatera y taza.

Chocolatera y taza o jícara. Boj. Autor, Mónico Osés. (Foto de Jesús Díaz). El chocolate se consideró durante siglos un producto exótico y de lujo, al alcance sólamente de las clases pudientes. Su elaboración artesanal, a base de azúcar y cacao, ha llegado hasta nuestros días. Originario de América, fue introducido en europa, desde España, a partir del siglo XVI con ocasión del Descubrimiento de América. La chocolatera elaborada por Mónico se apoya sobre tres patas, tiene un cuerpo principal alargado, cilíndrico, al que se une angularmente un mango-asa y una tapa perforada en su boca para permitir el paso de un palo estilizado denominado "morenillo". Habitualmente se fabricaba en metal y se colocaba sobre las brasas que calentaban el interior que contenía agua o leche y pastillas de chocolate. El "morenillo" servía para agitar o batir el contenido de la chocolatera haciéndolo girar entre las dos palmas de las manos. Se decora esta pieza con sencillos registros, uno de los cuales incorpora rombos incisos. Junto a la chocolatera observamos una pequeña taza de madera, llamada jícara, acampanada, con asa lateral y decoración romboidal tan característica de Mónico.



"Morenillo". Autor, Mónico Osés. (Foto de Jesús Díaz). Servía, como hemos indicado anteriormente, para batir el chocolate en el interior de la chocolatera. Vemos que se compone de un vástago largo que termina en un cilindro abultado y estriado. Observamos también la tapa perforada de la chocolatera que permitía simultáneamente el cierre y el paso del "morenillo".

* Cascanueces.



Cascanueces. Boj. Autor, Mónico Osés. (Foto de Jesús Díaz). El cascanueces que contemplamos en esta imagen se compone de una base rectangular con ranuras paralelas en relieve sobre la que se coloca la nuez, avellana, y productos similares, un encajonamiento vertical en tres lados, permaneciendo el cuarto totalmente liberado, y dos palancas unidas de forma móvil; la inferior, que tiene la función de aplastar el fruto seco y se une a uno de los lados mediante un eje que le permite subir y bajar, y la superior que, situada en el lado opuesto a la anterior, también en un eje móvil, es manipulada por el usuario, empujándola hacia abajo hasta conseguir mediante esa presión sobre la primera palanca cascar la nuez.



Cascanueces. Haya. Mónico Osés. (Foto de Jesús Díaz). Este modelo diferente de cascanueces, que ya vimos en la entrada del Blog de Larraona Nr. 37, titulada "Satur Andueza, tallador de madera", se compone de una caja base en forma de raqueta en cuyo recio cuello gira, mediante un eje, la palanca de aplastamiento, palanca que muestra, en su parte inferior, un pequeño cuerpo cilíndrico de presión, sólido y robusto, de forma que al accionar aquella aplasta la nuez situada en una pequeña concavidad de la caja base. Mónico ha decorado el mango mediante círculos paralelos incisos en su parte superior, y, en su parte inferior, mediante la característica malla romboidal incisa y líneas grabadas al azar.

* Coloca-corchos.



Coloca-corchos. Autor, Mónico Osés. (Foto de Jesús Díaz). Este utensilio, de líneas puras y redondeadas, sirve para introducir corchos en las botellas como elemento de cierre. Se compone de un cuerpo principal alargado y hueco, más o menos cilíndrico; en la parte inferior muestra un orificio para el morro de la botella a taponar, en su parte central exhibe una ventana rectangular por la que se introduce el corcho, y por la parte superior se desliza, por el interior, un vástago o varilla que en el extremo tiene un mango de manipulación. Una vez colocada la botella en la parte inferior del sacacorchos e introducido el corcho en el canal  para ello reservado se empuja el vástago hasta que el corcho penetra en la botella. El canal se va estrechando progresivamente para facilitar la entrada del corcho.

* Maqueta de mesa plegable de cocina tradicional, sillas y taburete.



Mesa plegable, sillas y taburete. Roble. Autor, Mónico Osés. ( Foto de Jesús Díaz). Vemos en miniatura las mesas plegables que eran comunes en los hogares tradicionales amescoanos. Se compone el conjunto de un banco en cuyo alto respaldo se coloca la plancha de la mesa que tiene forma de paleta. Cuando no se usa, esto es,  en momentos no coincidentes con las comidas, la mesa se pliega de forma que queda vertical y paralela al respaldo y a la pared, dejando el espacio del banco totalmente libre para sentarse. Cuando se usa en las comidas se baja la tabla de la mesa mediante el eje de giro del respaldo y se despliega su pata en forma de aspa para apoyo en el suelo, pudiendo utilizarse los dos laterales del banco como asiento para comer, además de las dos sillas y el taburete que Mónico ha añadido al conjunto. En la imagen superior vemos la tabla de la mesa vertical, paralela a la pared, esto es fuera de uso. Un conjunto de tarabillas permite mantener la plancha de la mesa en esa posición.



Mesa plegable y sillas. Autor, Mónico Osés. (Foto de Jesús Díaz). En esta imagen observamos la mesa desplegada y preparada para comer con la pata en aspa extendida como soporte de la tabla principal.

Mesa plegable, sillas y taburete. Autor, Mónico Osés. ( Foto de Jesús Díaz). La elaboración en miniatura del conjunto, como si de una maqueta se tratara, confiere a las diversas piezas que vemos una gracia y un atractivo especiales. Parece que están dispuestas para sentarnos al momento.

G) CENICEROS.

* Ceniceros.



Ceniceros. Boj. Autor, Mónico Osés. (Foto de Jesús Díaz). Observamos en la imagen superior tres ceniceros, uno clásico y dos figurativos de original diseño. El primero de ellos tiene forma cuadrada y en su cara superior muestra una concavidad circular para cenizas y colillas. Dos pequeñas muescas en laterales afrontados sirven para apoyar los cigarros. Se decora con dos líneas paralelas incisas en cada vértice, de forma que se crea una figura ochavada. Otro de los ceniceros exhibe forma de tortuga en cuyo caparazón se ha abierto una concavidad bastante profunda con cuatro muescas en el borde superior para descanso de los cigarros. El último de los ceniceros, quizás el más original, se compone de dos animalillos sentados y afrontados de forma rigurosamente simétrica, que extienden sus cuatro patas hacia adelante, de forma paralela y uniéndolas en sus extremos; sobre las superiores descansa un pequeño recipiente para la ceniza, tiene forma rectangular y cuatro muescas para el encaje de los cigarrillos. Estos ceniceros carecen de una aplicación práctica, siendo su finalidad básicamente ornamental. Mónico se inspiró para su elaboración en los modelos originales que su cuñada religiosa, Sagrario San Martín, le envió desde África.



Ceniceros. Autor, Mónico Osés. (Foto de Jesús Díaz). Apreciamos en esta foto los tres ceniceros descritos en la imagen anterior aunque vistos en picado. Su simplicidad y originalidad es la esencia de su belleza.

H) BASTONES.

* Bastones



Bastones. Autor, Mónico Osés. ( Foto de Jesús Díaz). Observamos en la foto superior un conjunto de bastones realizados por Mónico. La individualidad de cada uno de ellos viene determinada por el tallado específico, tanto del fuste rectilíneo como del mango, generalmente curvilíneo. Uno de los bastones muestra un relieve helicoidal, en espiral, culminando en un mango en forma de cabeza de ave de pico afilado; otro exhibe un mango que acaba en cabeza de perrillo de orejas caídas y muestra un fuste decorado con estrellas y pequeñas pinceladas realizadas mediante fuego o quemado, adquiriendo esas ornamentaciones un color negro; otro de los bastones tiene mango rectilíneo y curioso fuste monolígneo compuesto por un bello encadenado; otro bastón exhibe un mango esbelto en forma de cabeza de ave y hermoso fuste monolígneo compuesto por dados superpuestos que van alternando su posición, originando una forma lineal angulosa un tanto turbadora, en su centro muestra también un cuadrúpedo en relieve; Mónico ha señalado en las caras visibles de los dados los puntos-número mediante incisión pintada de negro.



Bastón. autor, Mónico Osés. (Foto de Jesús Díaz). El bastón de mango liso y rectilíneo muestra el fuste que vemos en la imagen. Tiene forma de cadena con eslabones perforados que se colocan alternativamente en diferentes posiciones confiriendo al bastón una bella estética.



Bastón, detalle del mango con cabeza de ave. Autor, Mónico Osés. (Foto de Jesús Díaz).



Bastón con cabeza de ave y fuste de dados. Autor, Mónico Osés. ( Foto de Jesús díaz). En la zona intermedia del fuste el bastón se decora con un cuadrúpedo en relieve que, debido a la forma cilíndrica del fuste, casi se toca la cabeza con la cola, tal como vemos en la imagen superior.



Cabeza de bastón. Autor, Mónico Osés. (Foto de Jesús Díaz). Vemos en la imagen el mango del bastón con fuste de dados. Mónico lo ha tallado con un pico levemente curvilíneo y una cabeza y cuello con marcado del pelaje por incisión.



Cabeza de bastón. Autor, Mónico Osés. (Foto de Jesús Díaz). Aunque el cuello del bastón muestra una incisión que se asemeja a la piel de una culebra, culmina en un cabecilla de perro de largas orejas caídas.



Cabeza de bastón. Autor, Mónico Osés. (Foto de Jesús Díaz). Vemos en esta foto la culminación del mango de uno de los bastones, rectilíneo en su integridad, consistente en una rígida y estática cabeza de hombre. Mónico ha detallado en  ella de forma sumaria y esquemática sus rasgos principales, ojos nariz, boca, orejas y pelo, mostrando una piel tersa, suave y sinuosa, bruñida por el barniz.

Cabeza de bastón en forma de cigüeña. Autor, Mónico Osés. (Foto de Jesús Díaz). En esta imagen vemos nuevamente y en detalle el mango de uno de los bastones que culmina en cabeza de ave con pico largo y agudo y cuello longilíneo y estilizado que se prolonga en el fuste del bastón. Apreciamos nuevamente cómo Mónico prefiere en sus acabados superficies lisas y bien pulidas en lugar  de superficies ásperas y rugosas.

I) LLAVEROS.



Llavero con jabalí. Cuerpo de Boj y cola de cuero. Autor, Mónico Osés. (Foto de Jesús Díaz). El autor ha hecho numerosos llaveros como el de la imagen como regalo para familiares, amigos y conocidos, con la representación de un jabalí, animal salvaje, común en Las Améscoas y que los cazadores del valle ansían en sus batidas cinegéticas. Es de factura plana con perfiles sinuosos en todo su contorno salvo en la cresta de sierra, donde muestra recias e hirsutas cerdas. Las superficies son suaves, pulidas y muy cuidadas, apropiadas para el contacto constante con la mano del hombre.




Llavero con jabalí. Cuerpo de Boj y cola de cuero. Autor, Mónico Osés. (Foto de Jesús Díaz). Se perciben en la superficie del llavero las ondulaciones naturales y concéntricas de la madera de boj de tonalidad más oscura respecto al fondo claro, otorgando a la imagen gracia y belleza, también resaltadas por el elegante y logrado perfil, el ojo presto y avizor y la cola recta del hermoso animal.

J) ANILLOS.

Anillos. Boj. Autor, Mónico Osés. (Foto de Jesús Díaz).  Vemos en la imagen dos hermosos anillos pulidos con esmero y de perfiles limpios y logrados. Su simple visión incita a colocárselos en el dedo anular. Uno de ellos muestra decoración con tres puntos negros.
 
K) MUEBLES DOMÉSTICOS.

Dentro de este conjunto de piezas de práctica funcionalidad incluiremos tres pequeñas mesas  para soporte de teléfonos y agenda y de la televisión., lámparas colgantes y de pie, una lucerna, un candil, un revistero, percheros de pared y de pie, toalleros, un cobertor de radiadores,  y un joyero.

* Pequeñas mesas.



Mesita. Roble. Autor, Mónico Osés. (Foto de Jesús Díaz). Se compone, como vemos en la foto, de un pie en forma de trípode, un fuste abalaustrado, y una tabla horizontal de soporte de perfil sinuoso. La sencillez y la belleza al servicio de la funcionalidad. Estas mesitas son ideales para soporte de teléfonos y guías telefónicas, agendas, bolígrafos, pequeñas esculturas decorativas, etc.



Pie de mesita. Autor, Mónico Osés. (Foto de Jesús Díaz). Apreciamos en la foto superior un detalle de la mesa considerada anteriormente, concretamente de su pie de apoyo en el suelo en forma de trípode y de su fuste en forma de balaustre.



Mesita. Roble.  Autor, Mónico Osés. (Foto de Jesús Díaz). Esta pequeña mesa que vemos en la imagen difiere en su estructura de la anterior. Se compone de una tabla o plataforma superior horizontal de perfil curvilíneo y moldurado y dos pies abalaustrados que apoyan en una estructura de apoyo en el suelo en forma de H. En la parte intermedia de los fustes incorpora una tabla paralela a la superior que sirve para guardar la guía telefónica, el estuche de bolígrafos, la agenda telefónica y de notas, etc. En la tabla principal superior observamos el teléfono y pequeñas esculturas ornamentales del propio Mónico.



Mesita para soporte de la televisión. Autor, Mónico Osés. (Foto de Jesús Díaz). La estructura de la mesa es simple pero práctica, en los laterales vemos dos soportes, paralelos y verticales, en forma de X,  con brazos curvilíneos, que soportan tres plataformas  horizontales y paralelas, la superior para la propia telelevisión y las inferiores para revistas y otros elementos. Nuevamente observamos la conjunción de belleza, simplicidad y funcionalidad.

* Lámparas colgantes.



Lámpara colgante. Haya. Autor, Mónico Osés. (Foto de Jesús Díaz). Apreciamos en esta foto una bonita lámpara realizada por Mónico con tablillas rectangulares de madera. Se conforma mediante la unión por su base más amplia de dos estructuras troncopiramidales, la inferior invertida. Las tablillas, unidas mediante encaje por un sistema de ranuras, originan cuadrados paralelos superpuestos con lados de diferente longitud. En el interior de la estructura hueca luce la bombilla. La lámpara cuelga del techo mediante una cadena de madera de eslabones abiertos también elaborados por Mónico.



Lámpara colgante. Autor, Mónico Osés. (Foto de Jesús Díaz). Vemos en esta imagen la lámpara con la bombilla encendida. Ello permite observar el tamizado de la luz de una forma elegante y discreta, generándose en el conjunto un juego de luces y sombras que realzan la bella volumetría de la pieza de iluminación.



Lámpara colgante. Autor, Mónico Osés. (Foto de Jesús Díaz). Nuevamente observamos que la belleza a menudo no reside en la complejidad de diseño sino en la sencillez y en la originalidad.

* Lámparas de pie.



Lámpara de pie. Autor, Mónico Osés. (Foto de Jesús Díaz). Esta lámpara de iluminación consiste en un pie trípode, similar al que veíamos en una de las pequeñas mesas antes considerada, y un largo fuste estrictamente abalaustrado. Se nota en la forma de este tipo de fustes la influencia del trabajo profesional de curvador que Mónico desarrolló durante muchos ños en la fábrica Andreu Nort, S.A. de Eulate.

* Lucerna.



Lucerna. Autor, Mónico Osés. Boj. (Foto de Jesús Díaz). La lucerna fue un utensilio de iluminación artificial, mediante mecha y aceite, muy utilizado en el mundo romano. Generalmente se fabricaban de terracota y se decoraban con bellos motivos y escenas, florales, marciales, mitológicas, eróticas. Eran famosas las llamadas de "terra sigillata" por llevar impresa la impronta del "sigillum" o sello del taller artesanal.  Se fabricaban de forma artesanal y con moldes, lo que explica los numerosos ejemplares conservados en la mayoría de museos. Mónico ha elaborado un bonito ejemplar de madera que vemos en la imagen. Su sinuosa superficie se decora mediante un ribete superior de rayado inciso. Al pequeño cuenco que contenía el combustible se le denominaba "infundibulum". Se llamaba "discus" a la cubierta del mismo, que habitualmente tenía forma cóncava para permitir una fácil reposición del aceite y estaba generalmente decorado. "Rostrum" se llamaba a la prolongación del "infundibulum" hacia adelante para introducir la mecha que se conocía como "Ellychnium". En el otro extremo se hallaba el asa o "ansa" para su transporte o desplazamiento de un espacio o estancia a otra.

* Candil.



Candil. Autor, Mónico Osés. (Foto de Jesús Díaz). El candil era un sistema de alumbrado tradicional similar , en su esencia funcional, a las famosas lucernas romanas. El aceite del cuenco humedecía la mecha de algodón que al ser prendida servía de iluminación artificial. Vemos en la imagen un bonito ejemplar elaborado por Mónico, que se compone  de dos partes, el soporte para colgar en la pared o en el techo y el recipiente para la mecha y el aceite, que se acopla perfectamente a aquél,  denominado candileja. El soporte integra un gancho superior de cuelgue, que culmina en cabecita de animal, un eslabón de cadena y el soporte en sí, formado por un vástago  vertical que termina en un cuenco abarquillado. Este cuenco acoge a su vez otra pequeña barquita, llamada candileja, como ya hemos indicado, para la mecha y el aceite,  con mango curvilíneo y perforado para colgarlo del soporte principal. Cuando se agotaba el aceite se retiraba la candileja, se reponía el combustible y se volvía a cololocar en el soporte. Mónico sigue fiel a su gusto por las superficies lisas y pulidas, por los perfiles curvilíneos, y por la culminación de muchas de sus piezas en simplificadas cabecitas de animal de estilizado trazado.

* Perchero de pie.



Perchero de pie. Autor, Mónico Osés. (Foto de Jesús Díaz). Apreciamos en esta foto un perchero de trazo estilizado que se compone de un pie en forma de trípode, un fuste abalaustrado que culmina en un óvalo pulidísimo, y varios brazos embolados para el cuelgue de las prendas.

Perchero de pie. Detalle. Autor, Mónico Osés. (Foto de Jesús Díaz). Los suavísimos embolados en que terminan los brazos del perchero tratan con suma delicadeza las prendas evitando que sufran daño alguno.

* Perchero de pared.



Perchero de pared. Roble. Autor, Mónico Osés. (Foto de Jesús Díaz). Este tipo de perchero tiene forma rectangular y muestra tres calados, también rectangulares e iguales, que contienen en un eje los picos dobles y móviles para el cuelgue de las prendas. En la imagen observamos el perchero en posición desplegada, apta para su uso.



Perchero de pared. Autor, Mónico Osés. (Foto de Jesús Díaz). En esta foto apreciamos el perchero con sus picos de cuelgue en posición plegada y plana. Vemos cómo encajan en el eje vertical que les permite un cuarto de giro, esto es un giro de 90 grados.

* Toalleros.

Toallero abalaustrado. Boj. Autor, Mónico Osés. (Foto de Jesús Díaz). Vemos en la imagen un toallero compuesto de dos pies abalaustrados con soporte superior horizontal para las toallas.

Toallero. Roble. Autor, Mónico Osés. (Foto de Jesús Díaz). Observamos en la imagen un modelo de toallero diferente al anterior. Se compone de una base plana de soporte y un fuste liso cilíndrico en cuya parte superior se unen tres brazos iguales  para el cuelgue de las toallas. Estos brazos no son fijos sino que permiten un giro en el propio fuste.

* Cobertor de radiadores.



Cobertor de radiadores. Boj. Autor, Mónico Osés. (Foto de Jesús Díaz). Apreciamos en la imagen una estructura paralelepipédica que permite cubrir de forma decorativa los radiadores de la calefacción. Se compone de una base de cuatro pies, un cuerpo formado por varillas verticales que tamizan la visión del radiador, y una tapa superior, paralela al pie, sobre la que pueden colocarse elementos decorativos.

* Caja-joyero.



Joyero. Boj y roble. Autor, Mónico Osés. (Foto de Jesús Díaz). El joyero que contemplamos en esta imagen es de estructura simple y bella estética. Se compone de cuatro paredes laterales paralelas dos a dos, fondo plano y tapa de cubierta de extremo curvilíneo con quicio de giro. Una suave muesca permite en su parte frontal introducir levemente el dedo y realizar la apertura. Las superficies bruñidas, barnizadas, delicadamente redondeadas y perfectamente encajadas, y la estrella de seis puntas, de distinta madera y color, incrustada en la tapa superior mediante el sistema de taracea, confieren al joyero una visualidad especialmente amable y cálida. La vista acaricia sus superficies deslizándose cómodamente sin alteración alguna.

Joyero. Autor, Mónico Osés. (Foto de Jesús Díaz). En esta imagen observamos en picado el joyero con la tapa abierta viendo su interior con un fondo tapizado en rojo.

L) MUEBLES Y OTROS ELEMENTOS RELIGIOSOS.

Incluiremos en este apartado diversos elementos de carácter religioso, un hermoso sagrario, un soporte trípode de cruz, dos soportes trípode de velas y cirios, un políptico figurado articulado, y un portal de Belén con la escena de la Natividad. Debiéramos incorporar a este grupo los bustos de una Virgen, una Virgen con Niño, y el grupo de María , José y el Niño Jesús, que trataremos en el apartado específico de "Escultura exenta", así como dos Cristos Crucificados realizados en taracea, que los incluiremos en el bloque específico de "Obras de taracea".

* Sagrario.



Sagrario. Maderas varias. Vista frontal. Iglesia parroquial de Baquedano. Autor, Mónico Osés. (Foto de Jesús Díaz). Bellísima obra religiosa la que vemos en la imagen. Se unen en ella, en perfecta simbiosis, simplicidad, esencia, y belleza. El sagrario elaborado por Mónico tiene una volumetría cúbica, siendo su cara frontal, la visible, la que muestra una hermosa decoración. Exhibe, entre dos columnillas abalaustradas, un vano-portezuela adintelado ornamentado con un cáliz de canon corto y una Sagrada Forma que emerge de él. Lateralmente escoltan a las columnillas dos aletones flamígeros. Sobre el dintel se eleva otro aletón de perfil mixtilíneo, simétrico, y de sobria decoración incisa de ramas de olivo afrontadas y semicírculos, que culmina en una pequeña cruz latina. Una diminuta cerradura con su llave permite la apertura del sagrario. El autor ha jugado sabiamente con el color de las diferentes maderas utilizadas generando una obra de atractivo contraste cromático.  En esta pieza , conservada en la iglesia parroquial de San Juan Bautista de Baquedano, intervino también, como asesora en el diseño de la misma, Maite Osés. Se utiliza este sagrario en Semana Santa como elemento esencial del Monumento al Santísimo.



Sagrario. Vista angular. Autor, Mónico Osés. (Foto de Jesús Díaz). Esta vista oblícua desde la derecha del Sagrario nos permite apreciar su volumetría cúbica, los aletones decorativos de enmarque sobresaliendo en los laterales y sobre el dintel, y los perfiles levemente moldurados de las caras superior e inferior.



Sagrario. Vista angular. Autor, Mónico Osés. (Foto de Jesús Díaz). Esta vista oblícua desde la izquierda del Sagrario nos permite observar el grosor y la sinuosidad flamígera del aletón ornamental izquierdo, así como su perfecto pulido y cuidado barnizado. Los perfiles rectilineos se combinan de forma armoniosa con los perfiles curvilíneos.



Sagrario. Vista frontal con portezuela abierta. Autor, Mónico Osés. (Foto de Jesús Díaz). En esta imagen observamos el sagrario abierto, el vano adintelado, el inmaculado mantelillo y el espacio interior, la cerradura del mueble, el grosor del cáliz con la Hostia, el grosor y composición de la portezuela con sus bisagras de giro.


* Un cáliz.




Cáliz. Vista general. Autor Mónico Osés. (Foto de Maite Osés). Observamos en esta imagen un cáliz de madera, de sencillo y bello trazado, de superficies tersas y pulidas, que se utiliza en la iglesia parroquial de San Millán de Baríndano. Se compone de basa circular astil con nudo esférico achatado y copa campaniforme. Se decora en la basa con aspas incisas repetidas. Son bellísimas las propias vetas de la madera que de forma aleatoria ornamentan el cáliz. Es atractivo el contraste de color de la superficie general de la madera, de tonalidad clara, y las nerviosas vetas oscuras que se desparraman al azar. Hasta se aprecian de forma leve, en la copa, los aros dendríticos que determinan la edad de la madera, en diálogo visual con las vetas inferiores. El barnizado protege la madera y su brillo le confiere pureza y belleza.


Cáliz. Vista cenital. Autor Mónico Osés. (Foto de Maite Osés). Apreciamos en esta imagen el cáliz anterior visto en picado. Mónico ha recubierto el interior del cáliz con una plancha de metal que reverbera con la luz y que además de medida higiénica para contener el vino de la celebración de la eucaristía,  evita que el líquido sea absorvido por la madera, y facilita el proceso de limpieza.


* Dos copones.


Copón Nr.1. Vista lateral. Autor, Mónico Osés. Madera de olivo. (Foto de Jesús Díaz). Hermosa obra hecha en una sola pieza de madera que muestra las vetas de diferentes tonalidades otorgando al copón  una atractiva visualidad. Se compone de base circular decorada con aspas incisas, corto astil con nudo ovoide rayado, y gran copa lisa.


Copón Nr. 1. Vista en picado. Autor: Mónico Osés. Madera de olivo. (Foto de Jesús Díaz). Como apreciamos en esta imagen tomada casi en perspectiva cenital predominan en el copón las líneas curvilineas y las superficies lisas y pulidas decoradas de forma natural mediante las vetas azarosas que conforman la propia madera de olivo. Es una pieza soberbia por su sencillez y perfección de formas.

Copón Nr. 2. Vista lateral. Autor: Mónico Osés. Madera de olivo. (Foto de Jesús Díaz). Este otro copón que ahora observamos, de formas similares al anterior, se caracteriza también por sus superficies bruñidas y sinuosas y por su decoración natural mediante las vetas caprichosas de la madera de olivo. Presenta base circular, breve astil con anillo en relieve y gran copa lisa.
Copón Nr. 2. Vista en picado. Autor: Mónico Osés. Madera de olivo. (Foto de Jesús Díaz). Esta imagen tomada casi en vista cenital nos muestra nuevamente la sublime belleza de piezas tan sencillas, trabajadas por Mónico con gran esmero y pulcritud.

* Pie trípode para cruz.



Píe trípode para cruz. Roble. Iglesia parroquial de Baquedano. Autor, Mónico Osés. (Foto de Jesús Díaz). Mónico realizó también este soporte de cruz con apoyo trípode. Se compone de tres pies iguales de apoyo que confluyen en un cuerpo central cilíndrico moldurado y decorado con cruces latinas en relieve, pintadas de negro. En su parte superior el autor ha practicado una oquedad cilíndrica, reforzada con metal, para introducir el palo de la cruz. Una pieza similar realizó Mónico para la iglesia de Ibiricu.

* Soporte trípode para velas.



Soporte trípode para velas. Boj. Autor, Mónico Osés. (Foto de Jesús Díaz). Vemos en la imagen dos portacirios de diseño elegante y vistoso. Su estructura es simple, dos anillos de madera paralelos y horizontales y tres pies de unión en forma de C y en posición  vertical, formando un conjunto unido. En los anillos apreciamos una ornamentación de línea incisa y en los tres pies perforaciones circulares en las volutas de los extremos. Mónico realizó piezas similares para la iglesia de Ibiricu.

* Políptico religioso articulado.



Políptico articulado cerrado. Boj. Autor, Mónico Osés. (Foto de Jesús Díaz). Observamos en esta foto una esbelta obra compuesta por cuatro partes macizas similares articuladas mediante pequeñas bisagras metálicas. Si se mira cerrada vemos un pequeño edificio de planta cuadrangular de elevada altura y cubrición a dos aguas. En sus cuatro vértices se representan en relieve cuatro figuras femeninas de similar concepción y hechura, erguidas, vestidas con túnica y manto que cubre sus cabezas,  y con sus manos unidas ante el pecho en actitud de oración. Sus rasgos no están muy definidos, más bien se muestran esbozados, sea el rostro o las propias manos. Las cuatro imágenes se cobijan bajo arcos de medio punto incisos, levemente rebajados. Algunas enjutas y jambas se decoran de forma esquemática mediante líneas incisas o en relieve positivo.



Políptico abierto. Autor, Mónico Osés. (Foto de Jesús Díaz). En posición abierta se aprecia que las cuatro partes similares, de planta cuadrangular, tienen dos de sus vértices diédricos opuestos tallados con la misma figura religiosa que hemos comentado. Hay labradas, en consecuencia ocho imágenes. El pliegue de las cuatro partes articuladas puede hacerse, de forma indistinta, hacia un lado o hacia otro, generándose en ambos casos la misma figura compacta, un esbelto edificio  cubierto con tejado a dos aguas, con sus vértices labrados con las figuras femeninas religiosas. La única diferencia es la posición de las dos vertientes del tejado, que en un caso quedan con el vértice hacia arriba, como es habitual, y en el otro con el vértice hacia abajo, en posición no natural. En la foto superior observamos el políptico abierto con las bisagras vistas desde el interior del pequeño edificio, aunque recordemos que éste carece en realidad de espacio interno, es un edificio macizo.



Políptico abierto. Autor, Mónico Osés. (Foto de Jesús Díaz). En esta foto apreciamos el políptico en posición desplegada, visto desde la parte exterior si atendemos a las bisagras, a diferencia de la imagen anterior que lo veíamos desde la parte interior, aunque como hemos comentado  su aspecto visual no difiere, salvo la posición del tejado.


* Cuna del Niño Jesús.


Cuna del Niño Jesús. Vista cenital. Autor Mónico Osés. (Foto de Maite Osés). Apréciese la habilidad de Mónico para componer la forma de la cuna con delgados tallos de avellano de diferentes dimensiones. Utiliza los tallos en posición rectilínea o curvilínea (circunferencias, segmentos de arco) según su ubicación y función. La forma de la cuna es trocopiramidal invertida. Destaca la cabecera compuesta por un gran tallo circular decorado con una cruz latina en su diámetro vertical; a los pies de la cuna incorpora Mónico otro tallo circular de menor diámetro. A diferencia de otras piezas, el autor mantiene la corteza de la madera otorgando a la cuna un aspecto más natural. 

Cuna del Niño Jesús. Vista angular. Autor Mónico Osés. (Foto de Maite Osés). Obsérvese la bella volumetría de la cuna y la cautivadora rusticidad de su hechura.


Cuna del Niño Jesús. Detalle de la cabecera. Autor Mónico Osés. (Foto de Maite Osés). Destaca en la configuración de la pieza el bello combinado de los tallos rectilíneos y los tallos de trazado sinuoso. Su delgadez y longitud permite a Mónico conseguir la flexibilidad necesaria de cada tallo para adaptarlo a su posición concreta dentro de la cuna.




* Portal de Belén y Natividad.

Natividad. Boj. Autor, Mónico Osés. (Foto de Jesús Díaz). Vemos en esta seductora foto un diminuto portal de Belén con la escena del Nacimiento del Niño Jesús. Mónico ha compuesto un portal abierto con un solo muro, el posterior, sobre el que se despliega un pequeño tejadillo a dos aguas, y el suelo horizontal. En la parte anterior izquierda del portal, según observa el espectador, se yergue altiva, y con frondosa copa, una palmera levemente inclinada hacia el interior, como si no quisiera perderse el feliz acontecimiento que se está desarrollando. Una estrella luce en el hastial del edificio desplegando su cola por la vertiente derecha. Curiosamente Mónico ha practicado en la pared posterior del portal un vano con forma de estrella similar a la que hemos descrito. El Niño Jesús se sitúa sobre la cuna, que descansa en el suelo , flanqueado por la Virgen, a la izquierda, y San José, con cayado, a la derecha, ambos erguidos. Escoltan al Niño Jesús, por la parte anterior de la pieza, el buey y la mula, ambos tumbados en posición angular y realizados de forma esquemática. Tanto el muro posterior como el suelo del portal muestran un perfil con muescas que otorga vivacidad a la representación.

LL) CARRETILLAS MACETEROS.

* Carretilla-macetero de una rueda.



Carretilla-macetero. Pino. Autor, Mónico Osés. (Foto de Jesús Díaz). Vemos en la imagen una carretilla de madera, de tamaño natural, realizada por Mónico con la finalidad de servir de macetero, tal como vemos en la foto. Cómodamente puede transportarse los tiestos de flores y plantas de un lado a otro, otro ejemplo de funcionalidad y belleza unidas. La carretilla se compone de dos mangos-asa laterales que se prolongan como soporte bajo la caja rectangular hasta unirse al eje de la rueda radial. Dos patas traseras con refuerzos angulares permiten mantener la carretilla en posición horizontal. Especial atractivo muestra el conjunto de la foto en su bello entorno, carretilla de madera, plantas verdes exuberantes y fondo mural de piedra acariciado por geranios multicolores.



Carretilla-macetero. Autor, Mónico Osés. (Foto de Jesús Díaz). Mónico ha combinado en la carretilla, en lograda armonía, líneas rectas (caja, mangos, patas) y curvas (rueda de radios individuales, perfil superior ondulado de la caja).



Carretilla-macetero. Detalle de la rueda. Autor, Mónico Osés. (Foto de Jesús Díaz). Obsérvese la forma eficaz y primorosa en que Mónico ha solucionado la parte delantera de la carretilla. La rodadura de la rueda se compone de varias partes individuales, arcos de circunferencia de madera, encajados a la perfección, ocho radios se despliegan radialmente en su interior, un eje cilíndrico permite el giro de la rueda, dos soportes oblícuos apoyados en la estructura inferior retienen el peso de la caja en su parte delantera, todo ello configura un conjunto práctico y bello.

* Carretilla-macetero de cuatro ruedas.



Carretilla-macetero. Autor, Mónico Osés. (Foto de Jesús Díaz). Este modelo que apreciamos en la imagen difiere del anterior. Se compone de una gran caja para las macetas que se apoya en una estructura inferior de soporte de cuatro ruedas macizas; un eje central permite tirar desde adelante. Obsérvese también el uso popular de los fósiles amescoanos, concretamente de los "micraster" o erizos de mar, llamados en nuestros valles "matamoros" y "calbarros", y que Mónico y Amparo han alineado como ornamento en el jardín delantero de la casa.

M) VARIOS.

Incluimos en este apartado diversos elementos de singular belleza, una cadena monolígnea, un ave-piña, un timón de barco, unos calzadores, un arrasca-espalda, unos rodillos de masaje, unos búhos, dos calendarios móviles, unas carracas, un aerófono o silbato de afilador, y dos personajes tocando maracas y tambores.

* Cadena monolígnea.



Cadena monolígnea. Boj. Autor, Mónico Osés. ( Foto de Jesús Díaz). La brillante particularidad de esta cadena es que se ha elaborado de una sola pieza de madera, es decir, no se trata de eslabones abiertos y unidos, sino que es una pieza monolígnea, tallada en un único trozo de madera, con la complejidad que ello conlleva. El mango macizo al que se une la cadena es el testigo de esa operación de talla y de que la pieza de madera original era cilíndrica y Mónico procedió, al modo miguelangelesco, a eliminar aquel material que sobraba, hasta extraer la cadena móvil escondida en su interior.

* Ave-piña.



Ave-piña. Boj y piña. Autor, Mónico Osés. (Foto de Jesús Díaz). Mónico ha utilizado un elemento encontrado, "trouvé", una piña, como cuerpo emplumado de un ave al que ha completado, mediante talla de madera, con cabeza, pico, cuello y patas, para conformar la figura que vemos en la foto superior. Otra de las llamativas peculiaridades de esta obra es que las garras de las patas no están labradas en positivo, sino en relieve negativo, inciso, sobre la propia base semicilíndrica de apoyo del ave. La propia posición del pájaro está conseguida, pues parece que en cualquier momento va a picotear el suelo para alimentarse con el insecto o la lombriz que ha localizado con sus ojos negros. Una pieza realmente lograda  e imaginativa.

* Timón de barco.



Timón de barco. Roble. Autor, Mónico Osés. (Foto de Jesús Díaz). Vemos en esta foto el bello timón con vela luminaria que Mónico ha elaborado. Se compone de un anillo decorado con zig-zag inciso y puntos rehundidos, pintados de negro, en los triángulos así generados, de varios mangos abalustrados en el extradós o canto exterior del anillo, y de un coqueto farolillo de vela que cuelga en su interior.

* Calzadores y arrasca-espalda.



















Calzadores y arrasca-espalda. Boj. Autor, Mónico Osés. ( Foto de Jesús Díaz). Los tres elementos que vemos en la imagen disponen de mangos abalaustrados; los calzadores terminan en la paletilla curvilínea habitual que permite introducir el pie en el zapato, uno de ellos además muestra en la culminación de su mango una bella cabeza de pájaro con largo pico que tanto gusta a Mónico. El arrasca-espaldas termina en un tenedor que permite cumplir la función para la que ha sido diseñado y concebido.

* Rodillos de masaje.



















Rodillos de masaje. Autor, Mónico Osés. ( Foto de Jesús Díaz). Mónico ha elaborado esta curiosa pieza mediante una estructura en forma de asa-puente a la que ha incorporado lateralmente ocho ruedas móviles de masaje, cuatro por cada brazo. Las ruedas para poder masajear con eficacia tienen una rodadura compuesta de picos romos en forma de "puntas de diamante" de atractiva visualidad.

* Pieza de masaje.



























Pieza de masaje. Autor Mónico Osés. (Foto de Maite Osés). Observamos en la imagen una pieza de sencillo diseño que sirve para el masaje del tronco humano, especialmente de la espalda. La persona se apoya sobre ella haciéndola rodar en el suelo al mismo tiempo que el cuerpo se desplaza sobre ella hacia atrás y hacia adelante, masajeando y aliviando la zona espaldar de las tensiones musculares acumuladas. La pieza tiene aspecto de astil abalaustrado con sus extremos en forma troncocónica y el centro compuesto por dos esferas achatadas.


* Búhos.




















Búhos. Boj.  Autor, Mónico Osés. ( Foto de Jesús Díaz). Son dos piezas las que observamos en la foto de bella y cmpleja concepción y ejecución. Los búhos mantienen una posición frontal, estática, mostrando su gran cabeza, sus orejillas altivas, sus ojazos redondos y fijos, y su plumaje sugerido en la cabeza mediante líneas incisas y en el cuerpo mediante calado de perforaciones circulares a modo de celosía a través de la que vemos otra pieza interior, otro búho más pequeño, al modo de las muñecas rusas.

* Calendario de piezas móviles.


Calendario con soporte cajeado y discoideo y piezas móviles. Roble y haya. Autor, Mónico Osés. (Foto de Jesús Díaz).  Vemos en la imagen un calendario con base cajeada y cabeza discoidea que incorpora piezas móviles tanto del mes en que nos hallamos como del día de la semana. Manualmente hay que ir cambiando cada una de las piezas macizas, cobijadas en el interior, para que visualicemos  la información actualizada. Mónico ha decorado el disco superior con un rameado esquemático.




















Calendario. Roble. Autor, Mónico Osés. ( Foto de Jesús Díaz). Vemos en la imagen un calendario similar al anterior, en forma de casa, que incorpora piezas móviles tanto del mes en que nos hallamos como del día de la semana. Al igual que en la pieza anterior hay que ir cambiando manualmente cada una de las piezas macizas, cobijadas en el interior del pequeño edificio, para que visualicemos en la fachada principal la información actualizada. Mónico ha elaborado una pequeña casa de planta rectangular, cubierta con teja a dos aguas, con la fachada principal abierta y que apea sobre cuatro garras, quizás de león, colocadas oblícuamente en los vértices inferiores. Las cadenas angulares frontales del edificio se decoran con rombos en losange y puntos incisos en su interior. El alero muestra un protector vertical de los extremos de las vigas que luce perfil curvilíneo con puntos incisos en las convexidades. El tejado a dos vertientes muestra sus tejas en relieve, incluida de forma destacada la línea de tejas ímbrices que cubre la espina dorsal del tejado. Mónico tomó como base de inspiración el modelo anterior para modificarlo y obtener esta bella pieza de invención propia.

*Carracas.



















Carracas. Boj y haya. Autor, Mónico Osés. ( Foto de Jesús Díaz). Las carracas, peculiares instrumentos "musicales", eran antiguamente muy populares, vinculándose a la cultura tradicional y religiosa. Las que vemos en la imagen se componen de un encajonado rectangular giratorio con una lámina o lengueta de madera dura que golpea consecutivamente sobre los dientes de una rueda, unida al mango de manejo, produciendo un ruido estridente y desapacible. Se han utilizado  como sonido alternativo al de las campanas en Semana Santa, en que éstas no pueden sonar, y  para hacer ruido en la noche de ‘Tinieblas’, en Jueves Santo, en que se conmemora la muerte en la cruz de Jesús, momento en que, según las Escrituras evangélicas, la tierra tembló y la oscuridad invadió todo el orbe. En la Iglesia se recordaba ese acontecimiento, en la penumbra, con grandes ruidos de carracas y otros instrumentos. A veces se ha utilizado la carraca como juguete infantil y en otras ocasiones ha sido un instrumento adecuado, por su ruido estrepitoso, para juergas y escandaleras.

*Aerófono.



















Aerófono, silbato de afilador. Autor, Mónico Osés. (Foto de Jesús Díaz). Apreciamos en esta foto un pequeño instrumento musical de aire de uso popular que consiste en una pieza de madera de escaso grosor en cuyo interior se han practicado varias oquedades cilíndricas paralelas y que recuerda a la clásica "flauta de pan" de época grecorromana. Instrumentos similares se utilizaban tradicionalmente por los afiladores de utensilios de corte ( tijeras, cuchillos, etc.)  que se desplazaban por pueblos y ciudades con sus bicicletas y motos y avisaban de su presencia mediante el plurisonido en escala de este pequeño instrumento.

* Dos personajes con maracas y tambores.

Músicos cubanos con maracas y tambores. Boj y roble. Autor, Mónico Osés. ( Foto de Jesús Díaz). Este bello conjunto de dos músicos tocando sus instrumentos, el de la izquierda dos tambores y el de la derecha dos maracas, tienen, a pesar de la rigidez y estatismo de sus cuerpos, un movimiento  gracias a sus brazos y manos en plena actividad musical, especialmente el que maneja las maracas con gracia y profesionalidad.  La indumentaria de ambos personajes queda marcada mediante trazos incisos sabiamente aplicados por Mónico, salvo los elegantes sombreros de ala ancha que portan. Los zapatos, manos y cabezas, con rasgos esquemáticos de sus rostros, se han realizado en madera más oscura en llamativo contraste con la claridad de la madera de boj en que se ha tallado el resto de la obra.

N) ESCULTURA EXENTA.

Aunque, en una u otra medida, la mayoría de las obras de Mónico implican en su ejecución trabajo escultórico, en este apartado consideraremos algunas piezas específicas más directamente relacionadas con la escultura exenta propiamente dicha. Incluiremos un busto de la Virgen María, un busto de barandilla, una escultura de línea abstracta, unas figuras femeninas africanas (porteadora y dos tañedoras de tambor), un cisne guarda anillos, y una girafa, aunque bien podríamos incorporar numerosos elementos hasta ahora analizados, bastones, bueyes, caballos, aperos y útiles agropecuarios, automóviles, etc .

*Busto de Virgen.


























Virgen. Boj y roble. Autor, Mónico Osés. (Foto de Jesús Díaz). Bella escultura de suaves perfiles y pulidas superficies la que contemplamos en esta imagen. Es copia de un original africano, perceptible en los rasgos de la Virgen, frente despejada, párpados caídos, nariz achatada, labios carnosos y prominentes, y expresión general. Es una Virgen silenciosa en meditación y oración, que transmite serenidad, sosiego, paz. Su expresión melancólica avanza la Pasión que su Hijo sufrirá en la Cruz. Solamente vemos su rostro ovalado y su estilizado cuello, pues el resto del busto queda oculto por una toca o quizás un manto de curvilíneo perfil.

























Virgen. Autor, Mónico Osés. ( Foto de Jesús Díaz). Observamos en esta imagen con mayor precisión los perfiles y trazos redondeados del rostro de María, nariz, labios, párpados, frente, pómulos, barbilla, cuello, todos ellos componen junto a la toca una sinfonía armoniosa de curvas diferentes que acarician la mirada del espectador. Hasta la pequeña peana realizada en madera más oscura, en atractivo contraste, se incorpora al conjunto curvilíneo musical y visual.

* Busto de Virgen con Niño.

























Busto de Virgen con Niño. Boj. Autor, Mónico Osés. (Foto de Jesús Díaz). Hermosa pieza de bellísimo perfil curvilíneo con los rostros de María y el Niño mirándose en el interior de la concavidad.

* El Niño Jesús con María y José.

El Niño Jesús con María y José. Boj. Autor, Mónico Osés. (Foto de Jesús Díaz). Atractiva y delicada pieza también la que ahora observamos, a medio camino entre la figuración y la abstracción. Silueta y superficies redondeadas como gusta a Mónico y minimalismo en la concepción; los rostros, por ejemplo, se representan con simples óvalos sin rasgo figurativo alguno. San José se ha tallado como prolongación de la imagen de la Virgen en un diseño sigmoidal original y sugerente. 
 
* Cristos Crucificados.
 
Cristo Crucificado 1. Cuerpo y cruz de azkarro y pie de  roble. Vista anterior. Autor, Mónico Osés. (Foto de Jesús Díaz). Es una obra de atractiva simplicidad hecha de una sola pieza, un tridente de madera de azkarro cuya parte inferior compone el cuerpo del Señor y el palo de la cruz y cuya parte superior  se despliega en tridente mediante la cabeza y los dos brazos extendidos. Realmente la parte superior carece  de travesaños y palo superior, es el propio cuerpo de Cristo el que conforma visualmente la cruz, una idea original del autor que se amolda a la forma  azarosa de la rama de azkarro. Un leve perizonium cubre las partes pudendas de Jesús. Las superficies son pulidas y brillantes por el barniz aplicado.
 
Cristo Crucificado 1. Cuerpo y cruz de azkarro y pie de  roble. Vista posterior. Autor, Mónico Osés.  (Foto de Jesús Díaz). Observamos en la parte posterior la inexistencia de cruz, salvo el palo inferior que se incrusta en la base escalonada de roble, a modo de monte Calvario.
 
Cristo Crucificado 1. Cuerpo y cruz de azkarro y pie de  roble. Autor, Mónico Osés. Detalle. (Foto de Jesús Díaz). Los rasgos del rostro de Cristo son simples, estilizados, geométricos y recuerdan al arte africano y al arte de las primeras vanguardias del siglo XX que se inspiran parcialmente en él, sin olvidar ciertas reminiscencias románicas. Recuerdan también a rostros totémicos más simbólicos que expresivos.
 
Cristo Crucificado 1. Cuerpo y cruz de azkarro y pie de  roble. Autor, Mónico Osés. Vista cenital. (Foto de Jesús Díaz).  Hermosa y curiosa imagen la que apreciamos en esta foto en picado.
 
Cristo Crucificado 2. Cuerpo y cruz de azkarro y pie de  roble. Vista anterior. Autor, Mónico Osés. (Foto de Jesús Díaz). Este segundo ejemplar de Crucificado es similar al primero, solo que en lugar de tratarse de un Cristo barbilampiño y alejandrino,  se trata de un Cristo barbado y siríaco, mostrando una cabellera de marcados y paralelos mechones de pelo que se derraman simétricamente desde una raya central. El pedestal de roble es piramidal truncado. También el autor ha aprovechado una rama  "buscada" de azkarro en forma de tridente para adaptarla a un Crucificado.
 
Cristo Crucificado 2. Cuerpo y cruz de azkarro y pie de  roble. Vista posterior. Autor, Mónico Osés.  (Foto de Jesús Díaz).  Cual si de una "Metamorfosis" de Ovidio se tratara, el pie de la cruz se funde con el cuerpo de Jesús y el tridente superior conforma la cabeza y los brazos sin manos de Cristo.
 
Cristo Crucificado. Cuerpo y cruz de azkarro y pie de  roble. Autor, Mónico Osés. Detalle. (Foto de Jesús Díaz). El  rostro, al igual que en el Crucificado anterior, muestra aspecto de máscara y la figura de Jesús es también rígida, frontal,  de escasa expresividad, que recuerda a las imágenes románicas y a la escultura arcaica.
 
Cristo Crucificado 3. Cuerpo y cruz de azkarro y pie de  roble. Vista anterior. Autor, Mónico Osés. (Foto de Jesús Díaz). En este ejemplar de Crucificado la simplicidad y estilización es aún mayor. Las extremidades inferiores y el abdomen que conforman a su vez el palo vertical inferior de la cruz, se confunden casi con una columnilla abalaustrada y anillada de bella factura. Al igual que los ejemplares anteriores se trata de Cruces en forma de Y griega.
 
Cristo Crucificado 3. Cuerpo y cruz de azkarro y pie de  roble. Vista posterior. Autor, Mónico Osés. (Foto de Jesús Díaz). Los nudos de la madera, de tonalidad más oscura, dan variedad cromática a la pieza, al igual que la madera más oscura, de roble, del pedestal escalonado del Crucificado. 
 
Cristo Crucificado 3. Cuerpo y cruz de azkarro y pie de  roble. Detalle. Autor, Mónico Osés. (Foto de Jesús Díaz).  Esta imagen, dentro de la rigidez y hieratismo característicos de los cuatro Crucificados,  tiene mayor dinamismo que las anteriores, a lo que contribuye también cierta sonrisa, propia de la escultura arcaica, apenas esbozada,  que parece atisbarse levemente en la figura. Los brazos se yerguen con determinación y energía en disposición de Y griega cual brazos  de manos amputadas. El tórax se configura cual si se tratara de un capitel de columna.
 
Cristo Crucificado 4. Cuerpo y cruz de azkarro y pie de  roble. Vista anterior. Autor, Mónico Osés. (Foto de Jesús Díaz).  Las características de este Crucificado son similares a las apreciadas en los tres Cristos anteriores, simplicidad, estilización, frontalidad, hieratismo, carencia de cruz en la parte superior y fusión o metamorfosis en la inferior, sonrisa arcaica. a diferencia de los anteriores vemos la imagen antes de aplicarle el barnizado concediéndole un aspecto ebúrneo, cual si de escultura de marfil se tratara. El rostro de Cristo es barbado y su cabellera se desparrama en dos caídas desde la raya central, de forma ordenada y geométrica.
 
Cristo Crucificado 3. Cuerpo y cruz de azkarro y pie de  roble. Vista posterior. Autor, Mónico Osés. (Foto de Jesús Díaz). La peana de apoyo  es de forma tronco piramidad  y muestra una sencilla decoración incisa en forma de X.
 
Cristo Crucificado 3. Cuerpo y cruz de azkarro y pie de  roble. Detalle. Autor, Mónico Osés. (Foto de Jesús Díaz).   Los cuatro Cristos incluidos tienen características comunes, aunque cada uno de ellos  exhibe sus  particularidades que los hacen diferentes y únicos.
 
* Busto masculino en barandilla. 

























Busto masculino. Boj. Vista desde la derecha. Autor, Mónico Osés. ( Foto de Jesús Díaz). También este busto de personaje masculino que se yergue altivo en la barandilla de una escalera es de inspiración africana, quizás un reyezuelo tribal, un sacerdote, o un chamán. La cabeza  se alza sobre un pequeño pedestal rectangular cuyo perfil superior es achaflanado, mostrando planos biselados. Se trata de un personaje en posición frontal, hierática, de rasgos esquemáticos, labios gruesos, nariz aplastada, ojos almendrados, barba puntiaguda que exhibe un marcado pelo trabajado por incisión, al igual que el elevado tocado cilíndrico qe corona su cabeza

Busto masculino. Vista frontal. Autor, Mónico Osés. ( Foto de Jesús Díaz). El rostro del personaje muestra una rigidez religiosa, de solemnidad ritual, acentuado por la inexpresividad emocional y el esquematismo de simetría estricta de sus rasgos. Se aproxima más al personaje-máscara de ritos tribales, tan común en la estética del mundo africano, y que tanto sedujo a las vanguardias artísticas europeas de finales y principios del siglo XX , que al personaje real  de carne y hueso.

Busto masculino. Vista desde la izquierda. Autor, Mónico Osés. ( Foto de Jesús Díaz). Observamos en esta foto una vista lateral del personaje prácticamente idéntica a la primera imagen que hemos considerado.
 
* Tótem.
 
Dios totémico neo precolombino. Madera de haya. Vista frontal. Autor de la talla Mónico Osés. Autora de la pintura acrílica Maite Osés. (Foto de Jesús Díaz). Hermosa talla, de una sola pieza, de raigambre neo-precolombina mesoamericana. Vemos las características propias del arte azteca y de otras culturas de Mesoamérica precolombinas.  El autor se ha inspirado en obras similares procedentes de la zona. La escultura se caracteriza por su frontalidad, rigidez, hieratismo, aspecto de máscara, simplicidad y rasgos geométricos. La brillante y atractiva policromía acrílica de tonalidades amarillentas, verdosas, violáceas, dan vistosidad a la talla. Parece representarse a un dios totémico en relación con las mitologías mesoamericanas, protector del individuo y de la tribu. Se muestra desnudo con exuberante tocado de plumas multicolores, grandes aretes en las orejas, y , tal vez, una copa de oferente en las manos.
 
Dios totémico neo precolombino. Madera de haya. Vista frontal. Detalle. Autor de la talla Mónico Osés. Autora de la pintura acrílica Maite Osés. (Foto de Jesús Díaz). Las profundas cuencas oculares muestran el arcano misterioso  protector de la tribu, cual si se tratara del alma o espíritu ancestral de los progenitores proyectada desde el Más allá al mundo de los vivos.

* Escultura abstracta sinuosa.

























Escultura abstracta. Autor, Mónico Osés. ( Foto de Jesús Díaz). También esta bella escultura de perfiles redondeados hasta límites sorprendentes, es copia de un original africano. Aunque la hemos considerado como abstracta, con cierta imaginación podría quizás apreciarse un personaje que eleva sus brazos en forma de arco;  sus extremidades inferiores parecen confluir de forma sinuosa en forma de cola de pez, al modo de las sirenas. El juego y la alternancia de volúmenes convexos y cóncavos,  zonas huecas y macizas, el hibridismo fantasioso  de humano y animal, la tersura y calidez de las superficies,  confieren a esta escultura una potente belleza. Nos cuesta despegar la mirada de ella, por su hechizo estético y porque nos incita a continuar especulando que representa.

Escultura. Autor, Mónico Osés. ( Foto de Jesús Díaz). Vemos la la misma escultura anterior pero observamos su otra cara.

* Esculturas africanas. Porteadora y tañedoras de tambor.



Esculturas africanas. Boj. Autor, Mónico Osés. ( Foto de Jesús Díaz). Las tres imágenes que vemos en esta fotos son copias de originales africanos. La situada más a la izquierda, según observa el espectador, representa a una mujer  con los pechos al aire que parece llevar sobre su hombro izquierdo una vasija, con agua o grano, como es habitual en el mundo urbano y rural agropecuario africano, en que los roles por sexos se distribuyen de forma muy clara y marcada. La mujer muestra un perfil de curvas pronunciadas quizás efecto del movimiento de ascenso desde el suelo en el momento de levantar el pesado recipiente. Con su mano izquierda parece sostener la vasija y con la derecha parece retenerla para que no se caiga, en conjunción razonable. Las dos esculturas de la derecha parecen representar a dos jóvenes africanas de trazo muy estilizado, erguidas, que están tocando tambores, instrumentos de percusión. Ambas están desnudas en la parte superior, aunque no muestran pechos (quizás por su juventud, o , tal vez, por un concepto minimalista escultórico), y llevan un pequeño faldellín y gorros cónicos como tocado. Sus rostros son ovales y al igual que ocurre con la mujer porteadora de una vasija, carecen de rasgo alguno. Ambas figuras están ejecutadas en dos piezas de madera que posteriormente se han unido; se produce la unión a la altura de la cadera y la única decoración que se advierte consiste en líneas incisas en la indumentaria, y también en los brazos, quizás simulando pulseras. Pequeños pedestales cuadrangulares sirven de apoyo a las tres figuras; los correspondientes a las dos tañedoras tienen sus perfiles superiores achaflanados en bisel e incorporan además un pedestal secundario a modo de "manzana aplastada" o esfera achatada.



Porteadora de jarro . Autor, Mónico Osés. (Foto de Jesús Díaz). La curvatura praxiteliana en versión acentuada que apreciamos en esta imagen se ajusta perfectamente a las curvaturas físicas exuberantes de las mujeres africanas. Simplicidad, minimalismo y si observamos atentamente, la figura muestra cabeza y tronco de forma frontal y piernas de perfil que recuerda un poco a las perspectivas de representación arcaicas. Las superficies se han pulido hasta el extremo y muestran brillo gracias a la suave capa de barniz que las impregna.



Tañedora de tambor. Autor, Mónico Osés. (Foto de Jesús Díaz). Apreciamos un perfil filiforme, cuasi de cuerpo extenuado e inane, que recuerda formalmente a las esculturas de Giacometti, aunque éste artista gustaba más de las superficies rugosas. En este caso Mónico ha optado por una base de roble de color oscuro que contrasta con el cerúleo color del boj.


Tañedora de tambor. Detalle. Autor, Mónico Osés. (Foto de Jesús Díaz). Observamos cómo la tañedora de tambor retiene el instrumento musical entre sus piernas para golpear cómodamente el tambor con sus dos manos. Mónico afecta levemente las lisas superficies bruñidas con pequeñas incisiones y perforaciones.



Tañedora de tambor. Autor, Mónico Osés. (Foto de Jesús Díaz). Un bello gorro cónico cubre la cabeza de la mujer

*  Cisne guarda-anillos.




















Cisne guarda anillos. Autor, Mónico Osés. ( Foto de Jesús Díaz). Observamos en esta foto un bello cisne  que alza su cabeza y cuello  con tal afán, que parece quisiera desprenderse del resto del cuerpo. Se ha ejecutado de forma minimalista, esencialista, prescindiendo de cualquier elemento secundario. Mónico ha recurrido a un volumen y forma elementales imprescindibles para reconocer su  estilizada figura, de una forma nítida e inequívoca. La función práctica de esta pequeña escultura es guardar anillos en su cuello por simple deslizamiento desde su pico.

*  Choza de poblado africano.

Casa-choza africana. Boj. Autor, Mónico Osés. (Foto de Jesús Díaz). Vemos en esta foto una choza característica de los poblados africanos, compuesta de muros, seguramente de barro o adobe, y tejado de paja. Es copia de un original africano. Muestra planta circular  con cuerpo en forma de cuba y cubierta cónico-oval que culmina en una esfera. En el cuerpo principal Mónico ha realizado dos círculos de diferente tamaño, seguramente para representar la puerta de entrada y una ventana. La paja de la cubierta se ha representado mediante líneas de perforación incisa. El cuerpo y el tejado se han tallado en maderas diferentes, de distintos colores. El interior de la pieza es hueco.

*  Jirafa.


Jirafa. Roble. Autor, Mónico Osés. (Foto de Jesús Díaz). Estre las peculiaridades más características de esta figura destacan la simplicidad de ejecución y el tratamiento mediante planos del cuerpo del animal. Su cuerpo y cuello forman una sola pieza de madera y la cabeza, con sus tiesas orejillas y sus abultados ojos negros, forman otra pieza unida a la anterior. 

Ñ) "ARTE ENCONTRADO". ADAPTACIONES FIGURATIVAS.

En este apartado del trabajo consideraremos diferentes esculturas que realizadas en gran parte por el capricho y antojo de la Naturaleza han sido completadas, hasta su estado final, por la hábil mano de Mónico mediante adaptaciones singulares y acertadas.

* Culebras.


Culebras. Raíces de encina. Autor, Mónico Osés. ( Foto de Jesús Díaz).  Partiendo de maderas encontradas, Mónico procede a su adaptación a figuras determinadas a las que los originales se parecen. En el caso que apreciamos en esta imagen, de palos sinuosos y serpentinos  ha creado dos culebras, una de ellas, con piel simulada mediante incisiones en forma de espina de pez y la otra con piel en forma de trama romboidal de color negro; en uno de los extremos de los palos retorcidos hallados ha configurado con destreza las cabezas triangulares de los reptiles, incluso a la más pequeña le ha incorporado una lengua bífida que ostenta con orgullo amedrentando al paseante.

Cabeza de culebra. Autor, Mónico Osés. ( Foto de Jesús Díaz). Vemos en esta foto un detalle de la culebra más pequeña; se aprecia con claridad la simulación de la piez mediante incisiones en espina de pez, la cabeza trinagular con vivos ojos incrustados y la lengua bífida característica de estos ofidios. Impacta la sensación de realidad que el autor logra imprimir a estos animalillos tan temidos y respetados.

Cabeza de culebra. Autor, Mónico Osés. ( Foto de Jesús Díaz). En esta foto observamos la cabeza de la culebra más grande. Vemos la piel simulada mediante  incisiones romboidales pintadas de negro, los ojos  incrustados, abultados y pintados, y tenemos la sensación realista de que en cualquier momento el reptil se nos va a enroscar en las piernas.

*  Rana.

Rana. Boj. Autor, Mónico Osés. ( Foto de Jesús Díaz).  En la obra que observamos ahora Mónico ha representado una rana con sus cuatro patas extendidas. Para la parte correspondiente a los ojos abultados, Mónico ha incrustado una pieza diferente con dos prominencias naturales redondeadas que le han servido para pintar los ojos. Recuerda este sistema de trabajo a la adaptación a las protuberancias de las superficies de las cuevas rupestres que  realizaban los hombres prehistóricos para pintar o grabar cabezas u otros miembros, aprovechando las concavidades y convexidades naturales con lo que lograban un mayor realismo de sus obras, fueran caballos, bisontes u otros animales o personas.

* Cabeza de animal.

Cabeza de animal. Boj. Autor, Mónico Osés. ( Foto de Jesús Díaz). En el caso concreto que ahora contemplamos en la imagen, Mónico ha recreado una fina cabeza , quizás de una cabra, de perfil estilizado y esbelto, cuyo cuello apea en una pequeña peana de soporte.

*  Animal cuadrúpedo.

Animal cuadrúpedo. Boj. Vista lateral. Autor, Mónico Osés. ( Foto de Jesús Díaz). En la pieza que ahora observamos el hibridismo del animal  nos remite a creaciones imaginarias y animales fantasiosos. Una cabeza y un cuerpo en dinámico movimiento que podría ser de perro culmina en su parte trasera en una cola bífida irreal; las patas traseras del animal se convierten en una especie de cola de pez muy particular. En estas obras la imaginación del espectador cumple un papel determinante, pues remite en cada individuo a su propio imaginario particular.

Animal cuadrúpedo. Boj. Vista frontal. Autor, Mónico Osés. (Foto de Jesús Díaz). Apreciamos en esta imagen el mismo animal considerado en la imagen anterior pero visto de frente apoyando sus inquietas patas delanteras sobre una pequeña peana de apoyo. El animal parece dispuesto a lanzarse sobre una presa que ha detectado en las inmediaciones y que sigiloso pretende alcanzar con su habilidad depredadora.

*  Animal cuadrúpedo fantástico.



Animal cuadrúpedo. Boj.  Vista lateral. Autor, Mónico Osés. (Foto de Jesús Díaz). Mayor imaginación hay que derrochar si se quiere adivinar que animal se representa en la figura superior. Parece disponer de dos cuernos u orejas puntiagudas, un morro alargado que parece devorar una culebra, una sola pata delantera, dos traseras y cola, e incluso alas. Nos recuerda en cierta manera a los animales híbridos del Bestiario Medieval, que a su  vez se inspiran en obras clásicas anteriores como "El Apocalípsis",  "El Fisiólogo" y otros.



Animal fantástico. Vista frontal. Autor, Mónico Osés. ( Foto de Jesús Díaz). Más que temor, el animal nos provoca ternura. Obsérvese cómo nos mira cariñoso, con deseos de recibir caricias y palabras amables, quizás por sentirse incomprendido por su peculiar constitución física. Mónico ha incrustado en su cabeza dos ojillos y ha hendido su morro para simular la boca y los orificios de la nariz.

* Aves de textura pulida.



Aves. Boj. Autor, Mónico Osés. ( Foto de Jesús Díaz). En esta imagen apreciamos tres aves. En las dos situadas a la derecha , según observa el espectador, su parte anterior exhibe miembros típicos de las aves, cabecita con pico, patas con tres dedos, aunque carece de hálux; sin embargo su parte posterior muestra formas fantasiosas, con ramificaciones irreales. El ave situada a la izquierda aún muestra mayor fantasía pues parece tener patas delanteras y exhibe en su parte posterior una cola absolutamente caprichosa como sus compañeras.



Ave. Autor, Mónico Osés. ( Foto de Jesús Díaz). Lo más característico de la imagen que vemos arriba es la extraña cola que el capricho de la Naturaleza ha asignado a este bonito pájaro. No es una cola de habituales plumas timoneras o rectrices para la regulación del vuelo del ave.






Ave. Autor, Mónico Osés. ( Foto de Jesús Díaz). También el pájaro que vemos en esta foto presenta una cola de plumas timoneras muy particulares, una variante de las vistas en la imagen anterior.
Cabeza de ave. Autor, Mónico Osés. ( Foto de Jesús Díaz). Vemos en esta foto un detalle de la cabeza del pájaro anterior. En este caso el animalillo dispone de un largúisimo pico que abre levemente, quizás reclamando la presencia de sus congéneres o de sus díscolas crías dispersas por el entorno del nido.

* Animal cuadrúpedo. "El discriminado" o "El rarosaurio".

Animal cuadrúpedo. "El discrimado" o "El rarosaurio". Boj. Autor, Mónico Osés. ( Foto de Jesús Díaz). Amparo, la esposa de Mónico, llama cariñosamente a este curioso animal "el discriminado",  por su relativo abandono en el taller del artista  durante mucho tiempo debido, quizás, a su rara y extraña apariencia.  Otros miembros de la familia lo denominan cariñosamente "el rarosaurio", por su  aspecto antediluviano.

Animal cuadrúpedo. "El discriminado" o "El rarosaurio". Autor, Mónico Osés. ( Foto de Jesús Díaz). El animal muestra un aspecto  amorfo, un cuerpo recio con bultos irregulares en su lomo, unas patas cortas y finas que apenas pueden soportar el peso del animal, una larga cola cilíndrica de aspecto fálico, y una cabeza extravagante con morro alargado e inicio contenido de cuernos u orejas.



Animal cuadrúpdeo. "El discriminado" o "El rarosaurio". Autor, Mónico Osés. ( Foto de Jesús Díaz). Parece un animal con dificultades motrices, de andar tardo y difícil, y  movimiento sacrificado y lento.

Animal cuadrúpedo. "El discriminado" o "El rarosaurio". Detalle. Autor, Mónico Osés.  ( Foto de Jesús Díaz). Observamos en la imagen superior un detalle de la cabeza del animal. En su cuello apenas percibimos una rama enroscada en él que al retirarse ha dejado su impronta en el animal cual cicatriz vegetal que estigmatizara su cuerpo. Sus ojos, su mirada, y su aspecto general, no provocan miedo o intimidación al espectador, sino más bien nos conmueven y enternecen, tal vez por su estética poco afortunada entre las especies animales; no obstante esa es su especificidad y grandeza, el ser único, un ejemplar extraño, un ser, un espécimen irrepetido, en definitiva como cualquiera de nosotros.

* Aves de textura rugosa.
Ave. Boj. Autor, Mónico Osés. ( Foto de Jesús Díaz). También esta raíz curiosa ha sido transformada y modificada por Mónico para representar el ave que vemos de perfil en la imagen. Lo que más nos llama la atención de esta obra es la superficie rugosa y áspera de la mayor parte del animal, como si su piel estuviera patológicamente afectada por alguna erupción dérmica; solo el cuello y el pico, lisos y pulidos,  parecen exentos de tal afección.

 

















Aves. Autor, Mónico Osés. ( Foto de Jesús Díaz). Vemos en la foto superior dos animales similares al anterior. Se trata de elementos encontrados, "objet trouvé" en francés, "found art" o "ready made" en inglés,  elementos en principio no artísticos y cuyo origen no se oculta, en nuestro caso raíces de árboles, aunque el autor los modifica para obtener obras del denominado "arte encontrado".  
Aves. Autor, Mónico Osés. ( Foto de Jesús Díaz). Observamos en la foto la imagen anterior con los dos pájaros en posición diferente.

O) PLACAS  RELIVARIAS.

Además de las composiciones escultóricas que integran numerosas piezas individuales encajadas, de las obras de escultura exenta, y de las adaptaciones figurativas que hemos analizado anteriormente,  Mónico ha hollado de forma testimonial la escultura relivaria. Analizaremos con brevedad algunos ejemplos. El relieve en todos ellos es de escasa profundidad.

*Recolección de cocos.


Trabajadores y cocoteros. Haya.  Autor, Mónico Osés. ( Foto de Jesús Díaz). Observamos en esta placa tallada en bajo-medio relieve cuatro trabajadores, tres hombres y una mujer, que realizan diferentes operaciones en la recolección de cocos. Comenzando por la derecha, según observa el espectador, vemos en primer lugar un trabajador de pie que con una vara parece alcanzar los cocos más elevados; un segundo personaje, situado frente a él, realiza también trabajos de recolección de cocos más accesibles pero ayudado por un cuchillo de filo curvilíneo; los frutos se acumulan en el suelo y una mujer los transporta con la ayuda de un gran cesto de entrelazado, que porta sobre su cabeza, hasta un cuarto personaje masculino que está sentado, con sus piernas levemente flexionadas, sobre una madera o un cojín junto a un montón de cocos, realizando tareas de acondicionamiento de los mismos, quizás un primer pelado. Realizan estos personajes un trabajo en cadena de forma racional y eficiente mediante la especialización de actividades. Todos ellos se representan de perfil y con pelo corto; los masculinos visten camiseta corta ceñida y amplios pantalones, tipo bombacho, parecen ir descalzos, pues apreciamos sus dedos, o quizás calzan sandalias; el personaje femenino viste falda amplia hasta los tobillos, con pliegues, y sostiene con su mano derecha el cesto que lleva sobre su cabeza. La escena carece de profundidad y perspectiva y el conjunto de la representación se realiza en un primer plano ( como mucho un segundo si consideramos que todos los personajes se hallan delante de los cocoteros). El fondo neutro se decora con incisiones en forma de V. La escena se corona con un registro superior de ornamentación vegetal, de hojas repetidas de trazo geométrico triangular, levemente interrumpido, y de forma parcial, por el cesto que porta el personaje femenino. Los troncos pelados de los cocoteros y los cuerpos de los personajes se han tratado mediante superficies en plano, a diferencia de los rostros que muestran superficies redondeadas. La escena rezuma un dinamismo contenido evocando un mundo campestre idílico y bucólico. Al parecer Mónico se inspiró en esta obra en una placa original proveniente de Africa, aunque los personajes y el entorno parecen más bien caribeños. El enmarque de la escena muestra un ribete inciso, acanalado y compartimentado.
 
* Madre africana e hijo.
 


Madre africana e hijo. Roble.  Autor, Mónico Osés. (Foto de Jesús Díaz). Vemos en la imagen una talla en relieve, de formato vertical, con la representación de una mujer con vestido talar, que porta un niño a la espalda envuelto en la propia indumentaria de la madre. La mujer se representa andando, de perfil pero con el rostro cuasi frontal, y los pies desnudos. Sobre la cabeza porta una gran vasija de cerámica, panzuda y de cuello estrecho. Es la imagen típica de la mujer tribal africana, que se ocupa de cuidar a los niños llevándolos consigo al lugar de trabajo, que se ocupa de cultivar las tierras y que se ocupa de recoger el agua necesaria seguramente de puntos lejanos, para llevarla a su choza.
 
Madre africana e hijo. Roble.  Autor, Mónico Osés. Detalle. (Foto de Jesús Díaz). El fondo de la placa se decora con líneas de motivos repetidos angulares. El autor ha imitado placas similares de procedencia africana.
 
* Efigies de madre e hijo.
 


Efigies de madre e hijo. Autor, Mónico Osés. Vista general. (Foto de Jesús Díaz). Probablemente se representa una imagen materno-filial de origen mesoamericano neo-precolombino. Se caracteriza por la simplicidad y frontalidad. El fondo de la imagen es neutro y el enmarque exterior muestra una cenefa con motivos en bala y en zigzag o sierra. No obstante envuelve la cabeza  de ambos personajes lo que pudiera ser un nimbo. Ello indicaría que estamos ante la Virgen María y su hijo Jesús en el mundo mesoamericano post-colombino. El autor ha imitado placas relivarias similares procedentes de la zona mejicana.
 
El Niño Jesús con María y José. Boj. Autor, Mónico Osés. (Foto de Jesús Díaz).  Se aprecia con nitidez la frontalidasd estricta de ambos personajes, su hieratismo, su belleza arcana y misteriosa.
 
*  Placa numérica de casa.


Placa relivaria numérica de casa. Roble. Autor, Mónico Osés. (Foto de Jesús Díaz). Esta sencilla placa rectangular que vemos en la foto superior muestra dos planos en su tallado relivario, el exterior compuesto por el enmarque de la placa y la numeración  124 y el interior o fondo excavado que ha sido ornamentado de forma neutra mediante incisiones repetidas en forma de C. Los enmarques laterales de la placa se extienden en su centro mediante leves prominencias convexas para introducir en su interior los tornillos de ajuste al muro, una muestra más del detallismo y precisión de Mónico en su trabajo.

P) OBRAS DE TARACEA.

Por último consideraremos algunas obras de taracea realizadas por Mónico Osés. Esta técnica artística, como es sabido, consiste en la realización de obras con encastres o incrustaciones de piezas individuales diferentes cual si de un mosaico se tratara. En el caso de Mónico veremos a continuación dos bellos crucifijos, aunque también realizó un encaje simple de taracea en el joyero que analizamos anteriormente.

* Dos Cristos crucificados.

Crucifijos. Roble y boj. Autor, Mónico Osés. ( Foto de Jesús Díaz). Observamos en esta imagen dos crucifijos de oscura madera en los que se ha incrustado en madera clara dos Cristos Crucificados. El crucifijo de la izquierda muestra una cruz latina, de perfil redondeado; el cuerpo desnudo de Cristo y el letrero INRI se han encastrado mediante taracea. El Crucifijo de la derecha es similar, salvo que exhibe brazos y palo con extremos triconques y carece de letrero INRI. Nuevamente un ejemplo de que simplicidad y belleza van con frecuencia de la mano.

Crucifijo. Detalle. Autor, Mónico Osés. ( Foto de Jesús Díaz). Como observamos en la imagen, las piezas incrustadas en el soporte base, la cruz, son mínimas, cuerpo desnudo de Jesús, pelo, clavos, quizás el paño de pureza o perizonium,  y el letrero INRI. El contraste cromático visual es espléndido.

Crucifijo. Detalle. Autor, Mónico Osés. ( Foto de Jesús Díaz). El minimalismo, en sentido amplio, del Cristo representado ( su rostro ni siquiera muestra rasgos) confiere incluso mayor atractivo a la obra.